Dicen que después de la tormenta llega la calma (y el momento de hacer balance de los daños). Algo así pasó esta mañana en Oviedo. Un paseo por la capital del Principado permite comprobar las consecuencias del paso de la tormenta. Las instalaciones del Calatrava, por ejemplo, siguen cerradas al público. La calle Uría, sin embargo, luce un aspecto muy diferente al que presentaba ayer. Lo que ayer era prácticamente un rí en pleno centro de Oviedo hoy es reflejo de la calma más allá de los daños puntuales que el exceso de agua (cayeron hasta 46 litros de agua por metro cuadrado en la ciudad) provocó en algunos negocios. El otro punto "caliente" de la jornada, el Hospital Universitario Central de Asturias, también recupera poco a poco su actividad después de las goteras de ayer.