Leandro Fernández tiene diez años y sufre trastorno del espectro autista (TEA). Hasta hace unos meses tenía tanto pánico a las batas blancas que llegaron a necesitar hasta cinco personas para sacarle sangre. Sin embargo, hoy la consulta ya no es un espacio hostil. "Se agarraba a los marcos de las puertas para no entrar, y ahora es él quien nos explica para qué sirve cada aparato", explica su madre, Tatiana Álvarez. "Mi favorito es el tensiómetro. Tienes que apretar en el brazo para que salgan los números, pero no duele nada", señala Leandro mientras dibuja al médico, ese ser antes tan temido, usando un fonendoscopio.

La historia de este pequeño ovetense es una de las que han protagonizado el proyecto "Te Cuidas", una experiencia cuyo objetivo consiste en acabar con el miedo de las personas con autismo al entorno sanitario. Una de las líneas de actuación fue la creación de una consulta piloto en el centro de salud ovetense de Pumarín que asistió a nueve pacientes en seis meses con una atención específica apoyada por las nuevas tecnologías. "La mayoría de los padres de niños con TEA esperan hasta el último momento para ir al médico por la angustia que les provoca este momento", explica Elena Fernández Suárez, médica de familia, miembro del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado (ISPA) y coordinadora del plan. "Yo les dejo que se muevan por la consulta para que se familiaricen con el entorno, hacemos las exploraciones de forma progresiva, controlamos los tiempos de espera y, al final, siempre hay una recompensa", resume.