Los presuntos agresores de Samuel no se arrepintieron ni mostraron miedo a ser descubiertos tras la paliza a Samuel. Lo sabe la policía porque alguien les delató, se reunieron todos en un parque, una hora y media después de la paliza. La única precaución que tomaron antes de su detención fue borrar sus conversaciones de WhatsApp. La policía ha volcado esas conversaciones para ver si se deduce que hubo una motivación homófoba en la agresión. Solo una testigo, Lidya, escuchó el grito de maricón con la que se inició. Según la investigación, los dos primeros detenidos se abalanzaron sobre Samuel. Yumba le hizo un mataleón, esta técnica de estrangulamiento que te deja sin sentido unos segundos. Diego, el que le había insultado, se puso a horcajadas sobre Samuel a darle puñetazos en la cara. Así dejaron sus restos biológicos. Fue la primera agresión. Presuntamente Katy, la novia de Diego, no solo no impidió la agresión, forcejeó con Lidya y le dio patadas para que no ayudara a Samuel. Ibrahima acudió a ayudar a Samuel, lo cubrió con su cuerpo, lo sacó de allí intentando huir. Pero se fueron uniendo más agresores a la caza y durante 150 metros golpeaban a los dos. Samuel recibió un botellazo. Y en uno de los vídeos se ve a uno de los menores con un kubotán, un arma de defensa personal, en la mano. Falta el ADN pero una de las heridas de Samuel coincide según la autopsia con esa arma.