Presten atención a las imágenes que encabezan estas líneas, porque cada uno de los destellos que se reflejan podría cambiar completamente nuestra manera de mirar (y entender) el universo. Fíjense en cada punto de luz. Hay brillos que indican el lugar donde reside una estrella. Otros que hablan de cómo es una galaxia. Otros que muestran qué hay detrás de un cúmulo de polvo cósmico. También hay chispazos que, hasta ahora, no sabíamos que estaban ahí y que a través de su brillo desvelan lugares recónditos del universo. Todo esto, y mucho más, es lo que hay detrás de las primeras imágenes captadas por el telescopio espacial James Webb, el observatorio espacial más grande y poderoso jamás lanzado.