Sergio no ha dejado ni un solo día de luchar para avanzar en su recuperación. Cuando tenía 21 años le dieron una brutal paliza a las puertas de una discoteca que le dejó en coma. Lo contaba por aquel entonces su madre desde el hospital. Eva nunca perdió la esperanza y gracias a la rehabilitación Sergio ha ido ganando autonomía y puede comunicarse. Pero ya no tienen recursos para continuar y ahora lamentan no haber recibido la indemnización de más de un millón de euros a la que fueron condenados dos de los agresores. Tras el juicio, lo dos jóvenes, que ya han cumplido la pena de cinco años, se declararon insolventes, y Sergio y su madre se sienten abandonados. Solo piden poder costear las terapias y van a seguir peleando juntos.