Bruselas "reflexiona" sobre el alcance de la normativa comunitaria que planteó para la sidra por las dudas que genera

La Dirección de Agricultura de la CE estudia las "numerosas opiniones" que ha recibido sobre una iniciativa muy criticada por el sector francés

La zona de embotellado de un llagar de Villaviciosa.

La zona de embotellado de un llagar de Villaviciosa. / Luis Murias

José A. Ordóñez

José A. Ordóñez

La normativa de comercialización de la sidra a nivel comunitario planteada por la Comisión Europea (CE) se ha quedado en un "veremos", después de que el informe previo sobre la iniciativa emitido por Bruselas haya abierto un importante debate entre los productores y un notable rechazo inicial en el caso de los lagareros franceses de Bretaña y Normandía. Según explica a LA NUEVA ESPAÑA una portavoz oficial de la UE, "teniendo en cuenta las numerosas opiniones que la Comisión ha recibido en los últimos meses tras la publicación del informe, la Dirección General de Agricultura está reflexionando sobre la mejor manera de proceder con esta iniciativa". Bruselas ya había advertido previamente, en respuesta a las reticencia galas, que la normativa solo saldrá adelante tras haberla "discutido ampliamente con los estados miembros" y que en ningún caso habrá imposiciones.

El objetivo declarado de la Comisión Europea al impulsar una normativa común de comercialización es acabar con la "competencia desleal" que, a su juicio, sufren sidras tradicionales como la de Asturias por parte de grandes industrias que venden bajo la misma denominación bebidas de "baja calidad y consumo masivo", elaboradas a a base de concentrados, mezclas y azúcares añadidos. La iniciativa llega a plantear que los productos que no cumplan unos criterios mínimos no sigan en el mercado como sidras. De esa forma, estiman en Bruselas, se garantizaría al consumidor una información adecuada sobre el producto que consume, al tiempo que se protege el carácter "auténtico" de la sidra que, como la asturiana, se elabora de forma exclusiva con zumo fresco y a partir de reglamentos muy exigentes en cuanto a materias primas, procesos o etiquetado, en el caso de la región controlados por el consejo regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP).

Pese a que, al menos en teoría, la iniciativa de Bruselas podría ser beneficiosa para su sector sidrero, muy similar al de Asturias, los lagareros franceses han expresado la crítica más explícita al contenido del informe de la Comisión. En concreto, rechazan de plano que una futura normativa comunitaria pueda autorizar la adición de agua a la sidra. Y es que el texto distribuido por Bruselas apunta como hipótesis que se prohiba la adición de alcohol externo al producto, pero abriéndose a la posibilidad de que se pueda sacar al mercado con la denominación de sidra aquella que se elabora "a partir de al menos un 50 por ciento de zumo de frutas". Los galos defienden que en las sidras tradicionales de alta calidad ese porcentaje es del cien por cien, con el uso de materia prima a base de manzanas seleccionadas de variedades locales, por lo que temen que su sector se pueda ver perjudicado.

Para refutar las tesis expresadas por los representantes de los lagareros bretones y normandos, la Comisión se ha comprometido con ellos por escrito a que, sea cual sea el alcance de la normativa, "podrán seguir produciendo al cien por cien con zumo de manzana, en las mismas condiciones que hasta ahora y con la ventaja de que su calidad podrá ser reconocida en toda la UE". Bruselas también ha garantizado que las condiciones de elaboración de las indicaciones geográficas, como las de la DOP Sidra de Asturias, no experimentarán cambio alguno en cuanto a la materia prima y los requisitos que se exigen para poder comercializar bajo la marca. Es más, considera que una legislación europea "permitiría ofrecer una mejor información a los consumidores, que podrían elegir la sidra elaborada al 100% con zumo de manzana frente a otros productos etiquetados como sidra, pero de diferente composición".

El Gobierno del Principado ha comprometido su apoyo al sector asturiano para que la normativa de la UE, de llegar a aprobarse, defienda sus intereses. El Pleno de Villaviciosa aprobó en su última sesión una moción en la misma línea.

La Comisión plantea que sea obligatorio incluir el origen en la etiqueta de legumbres como la faba

La Comisión Europea (CE) no solo promueve una normativa común para la venta de sidra en Europa, sino que extiende la iniciativa a la comercialización de legumbres secas como la faba en el conjunto de la UE. En concreto, pone sobre la mesa la posibilidad de obligar a incluir en las etiquetas de manera clara el país del que procede el producto. El objetivo, según el informe ya enviado por la Comisión al Parlamento y al Consejo de Europa, pasa por "mejorar la información facilitada a los consumidores" y "garantizar una mayor coherencia de las normas aplicables". "Muchos consumidores no reciben información sobre el origen de determinados productos, aunque manifiestan un gran interés por saber de dónde proceden", advierten los responsables de la Dirección General de Alimentación de la CE que han redactado el informe previo, en el que también se aborda la problemática concreta de la sidra tradicional frente a la competencia de los grandes productores industriales. En estos momentos, la mención del origen en la etiqueta de las legumbres secas es voluntario en Europa. Bruselas advierte de que "no parece utilizarse con mucha frecuencia y, cuando se utiliza, suele ser en segmentos del mercado de gran valor". "Por este motivo, el etiquetado voluntario no parece ser suficiente para alcanzar el objetivo de proporcionar mejor información a los consumidores y, por consiguiente, se espera que la mención obligatoria del origen en la etiqueta aumente la satisfacción de los consumidores respecto de este producto clave, sostenible y saludable", concluye la propuesta de la Comisión.