El RIDEA reivindica la cultura del azabache en Asturias: "Es algo único, es muy importante que sea declarada BIC"

La investigación de Manuel Gutiérrez y Carlos Luque revela que solo en Les Mariñes hubo más de 500 labores mineras, entre bocaminas y zanjas

Tomás Díaz, Manuel Gutiérrez, Carlos Luque y Juan José Mangas.

Tomás Díaz, Manuel Gutiérrez, Carlos Luque y Juan José Mangas. / Alicia García-Ovies

La minería del azabache fue durante años un pilar económico fundamental para Les Mariñes de Villaviciosa. El estudio realizado por Manuel Gutiérrez y Carlos Luque, publicado por el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) bajo el título "La minería del azabache en Asturias. Historia, iconografía y comercio", revela que en solo esta franja costera hubo más de 500 labores mineras, entre bocaminas, zanjas y todos aquellos trabajos que se pudiesen realizar para dar con el mineral. "Estamos orgullosos, porque logramos cubrir un espacio desconocido", aseguraron los autores en la presentación celebrada en el Ateneo Obrero.

Utilizando la tecnología "Lidar", que permite realizar un escanéo láser del terreno eliminando la vegetación, los investigadores lograron "descubrir lo que no ves cuando estás sobre el terreno". De esta forma, comprobaron, por ejemplo, que a lo largo del río de los Molinos hay un sinfín de bocaminas y zanjas. La mayor parte ubicadas en la parte Este del río, lo que, explicó Luque, se debería a que en la zona oeste sería más factible que se produjesen filtraciones de agua.

Luque, que fue el encargado de desgranar parte del contenido del libro, narró las dificultades a las que debían hacer frente los mineros, entre los que destacó la figura del maliayés Tomás Noval, toda "una institución en Villaviciosa". Estos, indicó, "cuando llegaban al azabache trabajaban casi tumbados. A veces entraban en una dirección y salían hacia atrás. En esas condiciones lo más peligroso era tener baja ventilación y los problemas de asfixia. Por eso, cuando el azabache estaba a una distancia considerable de la boca de la mina, hacían chimeneas hasta la superficie para generar una corriente de ventilación".

Infografía de dónde estarían los principales yacimientos de azabache en Les Mariñes.

Infografía de dónde estarían los principales yacimientos de azabache en Les Mariñes. / Alicia García-Ovies

El auge de la explotación y comercialziación del azabache se produjo en la Edad Media. Los primeros datos oficiales datan del siglo XV, cuando se registraban las cédulas reales. "Todas las minas podían ser explotadas si tenían autorización real. En Villaviciosa la primera data de 1437, aunque mucho antes hay indicios de que se sacaba azabache". En concretó, destacó, "se sabe que todo aquel que se vendía en Santiago de Compostela era procedente de Asturias".

Posteriormente, "Carlos V después de haber estado en Tazones y haber visto cómo las mujeres de la zona se decoraban con piezas de azabache nombró un inspector para controlar las minas que se explotaban en Asturias en esa época. Fundamentalmente eran de plomo y hierro, pero pronto se dio cuenta que había de azabache". El problema es que estas se ubicaban en "sitios oscuros y difíciles, cuando no peligrosos", por lo que el control de las mismas no fue posible.

Más, tarde con la Ley de minas de 1825 se abrieron los registros mineros. "Solamente de las registradas en el siglo XIX hubo 116 en la zona de Villaviciosa", destacó Luque para quien todos estos datos reflejan la "importancia que la minería del azabache" tuvo en el concejo.

El acto contó con la presencia de Tomás Díaz, del RIDEA, para quien "el azabache asturiano es algo único y excepcional. Es muy importante que sea declarado BIC y que se mantenga a lo largo del tiempo". Además, defendió la necesidad de abrir cuanto antes una mina para evitar que desaparezca. En representación del Ateneo Obrero estuvo Juan José Mangas. También acudió el alcalde, Alejandro Vega.