Jacobeo internacional en Villaviciosa: así son los peregrinos extranjeros que pasan por el concejo

El paisaje, la sidra, la gastronomía y la arquitectura cautivan a australianos, neozelandeses o norteamericanos

Nick y Bec Simons, en el centro de la Villa. | V. A.

Nick y Bec Simons, en el centro de la Villa. | V. A.

V. Alonso

El Camino de Santiago hace cada año más internacional al turismo de Villaviciosa. Peregrinos provenientes de Estados Unidos (EE UU), Corea, Nueva Zelanda, Canadá e, incluso, de Australia o Sudáfrica se están convirtiendo en habituales de los tramos maliayeses de la ruta jacobea, en los que también se dan cita rusos y filipinos.

Andrés Luna Victoria escancia sidra para Deborah Anne Coombre. | V. A.

Andrés Luna Victoria escancia sidra para Deborah Anne Coombre. | V. A. / V. Alonso

De «experiencia inolvidable» califica la sudafricana de Ciudad del Cabo Deborah Anne Coombre su paso por el Camino. «Hago 46 días de visita a España para conocer más a fondo Asturias, Barcelona, Galicia y la propia ruta a Santiago, en una peregrinación que tiene componentes espirituales y de relax», señala. «Del Camino me tienen fascinada los senderos que discurren junto al mar. La comida local también me pareció increíble, especialmente la fabada, la tortilla de patata y los carbayones, así como la ceremonia de beber sidra, que es un arte. Me voy amando Asturias», aseguró la peregrina sudafricana justo antes de dejar Villaviciosa.

Jeffrey Jay Fowler y Max Sebastián Juníper. | V. A.

Jeffrey Jay Fowler y Max Sebastián Juníper. | V. A. / V. Alonso

En el caso de los norteamericanos, subrayan que el Camino les permite descubrir esa «vieja Europa» que «conecta con los tiempos pasados». Rubén Carrasco Martínez, de California (EE UU), se confiesa «impresionado» por la ruta jacobea asturiana. «Cada paso es un encuentro con la historia. En los pueblos, las tradicionales casas de piedra y balcones de madera y los hórreos tienen un estilo arquitectónico que refleja una cultura de siglos. Además, las casonas del casco antiguo de Villaviciosa y sus calles empedradas y estrechas son verdaderas joyas arquitectónicas que te transportan en el tiempo mientras recorres el Camino», asevera admirado este arquitecto.

Rubén Carrasco, a la entrada de su hotel. | V. A.

Rubén Carrasco, a la entrada de su hotel. | V. A. / V. Alonso

En su paso por Villaviciosa, los neozelandeses Nick y Bec Simons afirman que la experiencia del Camino de Santiago está resultando muy enriquecedora, pero también un reto físico exigente. «Esto es lo más difícil que hemos hecho en nuestras vidas. El año pasado recorrimos en moto 70.000 kilómetros desde Alaska hasta la Patagonia, muchas veces por caminos muy difíciles, pero esta ruta está resulta mucho más dura», sostienen. Sin embargo, también admiten que «la belleza del paisaje y las experiencias tan enriquecedoras hacen que cada paso valga la pena».

Cautivados por «la serenidad y tranquilidad» que perciben en este entorno se han quedado los australianos Jeffrey Jay Fowler y Max Sebastián Juníper. «Llevamos 21 días de Camino y con Asturias estamos fascinados. Es increíble que puedas ver hermosas playas y majestuosas montañas al mismo tiempo y en combinación con la ruta», destacan sobre una experiencia que estiman «única».