Las pensiones, una conquista social que necesita reformas

José Villazón

José Villazón

Las pensiones públicas, pilar fundamental del Estado del Bienestar, han supuesto una conquista histórica indiscutible. El gran debate pendiente es cómo hacerlas sostenibles en el tiempo.

Conviene comenzar aclarando, para interpretarlo correctamente, que nuestro sistema de pensiones se basa en que los trabajadores activos y las empresas en cada momento, por medio de las cotizaciones sociales, sostienen a los pensionistas de ese mismo momento. Es decir, que cuando nos jubilamos no cobramos lo que cada uno hemos cotizado a lo largo de nuestra vida laboral. De hecho, los pensionistas cobran desde que se jubilan hasta que fallecen una media de 1,7 veces lo que han aportado, lo cual supone una transferencia de renta desde los trabajadores activos hacia los pensionistas.

¿De dónde provienen los problemas de sostenibilidad? En la actualidad hay más pensionistas y menos trabajadores activos que en el pasado (lo cual se agravará próximamente con la llegada a los 65 años de la generación del baby boom), y además las pensiones son más elevadas (a lo que se suma la revalorización de un 8,5% en 2023). Todo ello colocará el gasto anual en pensiones en torno a 160.000 millones de euros, un 13% del PIB. Las previsiones de déficit de la Seguridad Social para 2023 se sitúan en 6000 millones, pese a las transferencias adicionales extraordinarias del estado para amortiguar los déficits que se producen cada año. Hablando en plata, el problema de las pensiones no es tanto el presente, ciertamente tensionado, como el futuro.

El desafío de sostenibilidad, por tanto, es evidente. ¿Cuáles serían algunas posibles soluciones? 1-Aumentar el número de trabajadores activos. Sería la mejor solución. Aunque ha mejorado la situación en los últimos meses, España soporta una tasa de desempleo que es el doble de los países más avanzados de la Unión Europea. Es necesario generar una cultura y un entorno legal más favorable a la inversión y el emprendimiento, y acompasar la formación de los trabajadores con las necesidades del mercado de trabajo. 2-Aumentar las cotizaciones sociales. Una medida positiva para los jubilados, pero no tanto para los trabajadores activos ni para las empresas, que ya cotizan un 30% del salario bruto. 3-Disminuir las pensiones. Evidentemente insatisfactorio para los pensionistas. 4-Elevar la edad de jubilación. Indeseado por el conjunto de la población.

En definitiva, el problema existe y las soluciones no son sencillas. Es necesario abrir un gran debate poniendo las cartas sobre la mesa, sin autoengaños ni buenismos, dos versiones muy “políticas” de irresponsabilidad. Las pensiones son una gran conquista social. Garanticemos su continuidad tomando las necesarias decisiones de reforma que se acuerden.

PD: A requerimiento de la Unión Europea para poder acceder a los fondos Next Generation, el Gobierno de España ha anunciado medidas para la sostenibilidad de las pensiones. A la espera de que se concreten finalmente, no optarían por disminuir el gasto sino que lo aumentarían (elevando las pensiones más bajas). Actuarían sobre los ingresos, aumentando las cotizaciones de los salarios más altos, creando a mayores una “cuota de solidaridad” sobre esos mismos salarios (que llegaría progresivamente a un 6% en 2045) e incrementando el mecanismo de equidad intergeneracional. En resumen, más gasto y más ingresos, intensificándose la transferencia de renta desde los trabajadores activos hacia los pensionistas.