Amagüestu

Ojalá que llueva café en el campo, decía Juan Luis Guerra.

Ojalá que la aurora no de gritos que caigan en mi espalda, decía Silvio Rodríguez.

Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, decía Eduardo Galeano.

Ojalá cada sol que te amanezca, aún más hermosa y más feliz te mire, dijo Marcelino Menéndez Pelayo.

Ojalá yo te sirva para algo, para que mi temblor tenga destino, dijo Juan Gelmán.

Eres el “Ojalá te vea hoy” de todos mis días, dijo el graffiti del muro.

Ojalá llueva hasta que revienten las fuentes, dice la sabiduría popular.

Ojalá judíos y palestinos se sentaran en la misma mesa y crearan con sidra y castañes un nuevo maná que los llenara de tranquilidad y abundancia.

Ojalá.