Quiero ser niño

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Atravesando un escenario bélico que nadie quiere y que, salvo unos pocos, tampoco nadie aprueba, esta vez han tenido que viajar hasta nosotros con cierta angustia y temor para cumplir con su misión anual de hacer felices a los niños en la noche del 5 de enero.

De la misma manera que los belenes, las luces, los villancicos y los árboles… los Reyes Magos Melchor, Gaspar y Baltasar forman parte fundamental e imprescindible de la Navidad. De una fiesta y tradición que nos ha unido a todos (al menos por aquí), desde que éramos pequeños por mucho que se empeñen los americanos -y algunos más- en imponernos a Santa Claus alegando que “Santa” o Papá Noël” con Rudolph (el reno jefe de la “Banda del Trineo”), tienen un reconocido y gran prestigio a nivel mundial.

Además, para reforzar su tesis y tratar de convencernos utilizan el argumento de la idoneidad de la fecha escogida por ellos próxima a Nochebuena. Según la misma, la llegada de los magos de Oriente se produce prácticamente a la par que el regreso inminente de nuestros pequeños a los colegios y escuelas y lo resumen con una escueta frase: “Los niños no tienen tiempo para jugar…”

Con esto, la polémica está servida y por ello me permito en este instante empezar a aclarar algunos términos de su teoría desde ahora mismo: Lo primero es recalcar que los tres Reyes Magos son todo un símbolo de la Navidad y si me apuran, diría que de la navidad cristiana. ¿Por qué este matiz? Porque en ningún momento ellos reconocen que nuestra tradición cristiana es mucho más antigua y tiene su origen en la Biblia. “Melchor, Gaspar y Baltasar eran nobles peregrinos que desde Oriente siguieron una estrella guía milagrosa hasta el pueblo de Belén, donde rindieron homenaje al recién nacido como rey de los judíos…” (Mateo 2: 1-12).  

Fue la estrella quien les anunció el nacimiento como confirmación de la profecía bíblica. Luego los envió a ver al Niño Jesús, pidiéndoles que a su regreso revelaran la ubicación exacta donde se encontraba el Mesías. Los reyes continuaron hasta Belén, donde adoraron a Jesús y le ofrecieron sus regalos (oro, incienso y mirra). Una tradición milenaria que perdura a día de hoy y que, este viernes pasado en torno a las ocho de la tarde, sus majestades volvieron a poner en escena ante Jesús, María y el Niño en un rincón de la Plaza de Abastos de Villaviciosa que nos sirvió a todos de refugio ante la inclemencia y adversidad de la climatología exterior.

Les confieso y les puedo asegurar que ni Papá Noël ni Santa Claus me caen mal. Ni tampoco los “Elfos”, pues siendo más joven y viendo la tele en compañía de mis hijos pequeños, ya tuve un precedente de ese estilo terminando casi como amigo de David “El Gnomo”. Pero lo que me resulta chocante es que, desde siempre, los Reyes llegaban a casa prácticamente cuando terminaban las vacaciones navideñas y estábamos a punto de regresar al cole.

Tantos cambios y cambios, pero esto se conserva y se mantiene desde que nací a mediados del siglo pasado… Con suerte, los días 6 y 7 podíamos estrenar los patines y las bicis por el Campo San Francisco de Oviedo. Y el 8, al colegio.

Entonces… ¿Cuál es el verdadero motivo de que no se cambie la fecha del retorno a los centros escolares? Me inclino por pensar que no es otro que el consumismo. Hay que fomentar las compras y que se prolonguen en el tiempo empezando cuanto antes mejor… Además, a nivel infantil, habrá regalos por Nochebuena y habrá regalos por Reyes. ¿No se han parado a pensar que las famosas “Rebajas” empiezan en algunos lugares ya desde octubre? Y otras nuevas historias como… “Aprovechen el ‘Black Friday’ con increíbles bajas de precios”. Y por si fuera poco… “Consumismo” hasta con noches de terror como sucede en el “Hallowen”.

Nada de estas cosas las mencionan los defensores de “Santa Claus” y Papá Noël que realmente no sé si son defensores o tal vez, “detractores” de Melchor, Gaspar y Baltasar que están avalados por una historia tremendamente atractiva para el ser humano y que encierra entre líneas una lectura “mágica” como ellos mismos: La riqueza y el poder viajan y llegan hasta un pequeño portal o establo en el que ha nacido un niño sin apenas nada pero que viene a salvar al mundo…

No tengo nada contra nadie y sí estoy a favor de los Reyes Magos en los que sigo creyendo tal vez por ser un soñador confeso e impertérrito. Y a veces pienso que Melchor, Gaspar y Baltasar nos dieron un gran ejemplo al entregar a la familia de un humilde carpintero sus preciados regalos. Quizás sin darse cuenta los magos fueron la primera ONG que tuvo nuestro mundo.

Siendo sincero del todo y en honor a la verdad, sí existe en mi cabeza un personaje de estos nuevos con el que no veo -al menos por ahora- posibilidad de sintonizar. Me refiero al “Grinch”, a un ser de color verde fácilmente irritable y gruñón que siempre está de mal humor. No puedo admitir -porque es superior a mis fuerzas- que en un período tan dulce, mágico y entrañable para mí como es la Navidad, aparezca y se me cuele un auténtico pasota de la misma.

Repito hasta la saciedad que es tiempo de paz, de amor. Y en la recepción a los Reyes Magos de Oriente del pasado viernes, me lo demostraron los cientos y cientos de familias y niños que se habían dado cita en la Plaza de Abastos de la calle Balbín Busto de Villaviciosa.

Por octavo año consecutivo tuve el honor y privilegio de ser el presentador de la Gran Cabalgata de la Villa que, este año como les dije anteriormente, a causa del mal tiempo y con alerta amarilla de la AEMET, tuvo que ser suspendida siendo en mi opinión totalmente acertada la decisión del Ayuntamiento a pesar del disgusto que también representaba para los más de 300 integrantes que formarían el desfile.

Este año de nada sirvieron los muchos meses empleados en la construcción de las carrozas que darían “caché” a nuestra cabalgata. Tampoco todas las horas y días de costuras a base de aguja e hilo para tener listas las vestimentas y atuendos de los participantes así como los equipos de sonido y demás complementos. El mal tiempo perjudicó a los negocios de hostelería y a los comercios que vieron las calles casi vacías ante el frío y la lluvia. Una pena. Una desilusión para muchos a pesar de que -creo y se comentaba- que esto era la primera vez que ocurría.

Sin embargo, la céntrica Plaza de Abastos terminó abarrotada por grandes y chicos además de estar esperando muchas más personas fuera del recinto cubierto. Por su parte la “Asociación Pro Personas con discapacidad Raitana”, establecía su punto de encuentro por si alguien necesitase de su apoyo y para facilitarles un rápido acceso hasta acercarse a sus majestades.

A las 19:35 horas el Príncipe Aliatar y los séquitos reales de SS.MM. los Reyes Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron su apoteósica entrada en medio del clamor de un público totalmente entregado a ellos. En los previos yo había preguntado a niños y mayores las peticiones que habían hecho a los magos y sus respuestas generalizadas eran “pocas cosas” entre las que destacaban “ropa”, “coches” y la famosa “Barbie” aunque no sea muñeca de la marca “Famosa” (esas que se dirigen al portal…).

Tras saludar a los asistentes sus majestades se acercaron al rincón en el que se encontraban María, José y el Niño para adorarle y entregarle sus presentes. Más tarde y ya sentados en los tronos preparados para la ocasión, pudieron disfrutar de la danza de las integrantes de la Asociación “Rosas del Desierto”, Desiré y Verónica. Por su parte vecinos del Valle de Candanal, Peón y Arroes, las tres parroquias de Villaviciosa que son Pueblo Ejemplar de Asturias 2023, repartían entre los niños (y me incluyo a pesar de mi atuendo palestino), un montón de monedas de chocolate que hacían más llevadera la espera hasta poder estar con su rey favorito.

Y antes de que llegase ese momento que jamás olvidarán, el Rey Melchor, en representación de los tres Magos de Oriente, daría las gracias a todo el concejo de Villaviciosa por la gran acogida que habían tenido a pesar de la inclemencia del tiempo. También felicitó a todos los niños y niñas por haber sido tan buenos durante este año. A partir de ese instante y con la colaboración de los miembros de Protección Civil de Villaviciosa y Cabranes a las órdenes de Julián Alonso, se habilitaron los dos pasillos por los que grandes y chicos tuvieron acceso hasta los monarcas que entregaron bolsas de “revoltijo” a todos.

Los mayores me confesaron pedirles solamente “Salud”. Uno tras otro. Como si se hubieran puesto todos de acuerdo. Y por supuesto que yo también. De hecho ya les estoy esperando para 2025… Lo siento por “Santa”, Papá Noël, “Rudolf”, los Elfos y el Grinch… A mí me gustan los Reyes. Yo soy de los Reyes Magos y en este mundo de locos siempre ha sido así y siempre he creído en ello: La edad no importa. Quiero ser niño.