Este año, la celebración del «Día internacional de la discapacidad» tuvo como principales protagonistas de los actos institucionales a todo el conjunto de personas que día a día trabajan y participan en los centros de apoyo a la integración (comúnmente denominados CAIs). Estos centros, suficientemente conocidos por los asturianos, no en vano llevan a cabo numerosas actividades abiertas al conjunto de la sociedad asturiana, se distribuyen por nuestra compleja y dispersa geografía, constituyendo un entramado de 31 centros que dan servicios a cerca de 1.650 usuarios que con distintas discapacidades, preponderantemente intelectual, reciben toda una serie de servicios que tienen como objetivo último su plena y satisfactoria inserción en la sociedad.

Habilidades sociales, inserción sociolaboral, formación para el consumo, hábitos de higiene, autoestima, música, formación sexual y un largo etcétera de contenidos formativos que, con el esfuerzo de los profesionales de estos centros y sus familias, de los propios protagonistas y la ayuda de las diferentes administraciones públicas, buscan no sólo que su existencia sea más satisfactoria, sino que además puedan ejercer y tener garantizados sus derechos y deberes como ciudadanos de nuestro estado social, democrático y de derecho.

Por eso, más allá de la oportunidad de potenciar algunas de sus funciones, dotarles de más recursos o de la necesidad de implantar nuevos CAIs asociados a otras discapacidades que no sean las intelectuales, no pudimos menos que en el «Día internacional de la discapacidad» reconocer públicamente la labor de estos centros y por tanto celebrar esta jornada organizando una serie de actividades en el centro de la ciudad de Xixón, donde la ciudadanía pudo ver, disfrutar y compartir esas actividades que se vienen realizando en los CAIs, donde también pudieron participar junto con los usuarios de estos centros en toda una serie de talleres y obras de teatro, actuaciones musicales, etcétera que pusieron de manifiesto una vez más que las personas con discapacidad, cuándo se les da oportunidades, son personas activas y saben ejercer sus derechos y disfrutar del ocio de manera óptima.

Esperemos que este reconocimiento público e institucional motive a todas las personas involucradas en los CAIs a continuar con su magnífica la labor al frente de este recurso comunitario, que se ha convertido por derecho propio en uno de los pilares fundamentales de la gestión de la discapacidad de la Consejería de Bienestar Social.