Gijón / Mieres, M. CASTRO / D. MONTAÑÉS

La Comisaría de Mieres, en una operación supervisada desde su inicio por el jefe superior de Policía de Asturias, Baldomero Araújo, detuvo ayer a cinco personas supuestamente vinculadas con una trama de fraude de subvenciones en la mina Carbones de Linares (Lena). En esta investigación también se están haciendo pesquisas sobre la desaparición, hace un año, de un vecino de Mieres. La trama económica consistía supuestamente en la venta a la central térmica de Soto de Ribera de carbón importado por el puerto de El Musel como si fuera producción propia de la mina, para así cobrar las subvenciones a la producción nacional. Uno de los detenidos es el empresario mierense Juan José Cachero Alonso, propietario y gestor de la empresa. Cachero Alonso ya está imputado por unos hechos similares en el caso de Mina La Camocha, que se instruye desde 2001 en un juzgado gijonés a instancias de la fiscalía anticorrupción.

Dos de los detenidos quedaron en libertad tras prestar declaración, entre ellos un empleado del empresario minero leonés Victorino Alonso y antiguo trabajador de Mina La Camocha. Los otros tres pasarán el jueves a disposición del Juzgado número dos de Mieres, que instruye el caso. La Policía no da por concluidas las pesquisas y no descarta que se produzcan más arrestos.

Las detenciones de ayer se enmarcan en la operación «Bola negra», que inició el Cuerpo Nacional de Policía hace diez meses, si bien la vigilancia sobre la mina se intensificó el pasado mes de octubre. Según la Policía, los responsables de la explotación minera mantenían abiertas artificialmente dos minas de las que extraían 10.000 toneladas anuales, pero vendían a la térmica el doble. Las otras 10.000 toneladas las importarían, a través de empresas interpuestas, por el puerto de El Musel y las mezclaban con la producción propia. El precio del carbón que importaban por El Musel era de 32 euros la tonelada. Por el que vendían a la térmica cobraban 95 euros por tonelada, incluida la subvención. El objeto de la investigación policial se ciñe, por el momento, sólo al año 2009.

Los detenidos no fueron las únicas personas que pasaron por Comisaría. Los 25 trabajadores de la mina lenense también fueron citados ayer a declarar como testigos. Entre otras cuestiones, la Policía les formuló preguntas relacionadas con el vecino de Mieres desaparecido, si bien no trascendió el motivo de ese interés policial.

El modo de actuar de los integrantes de esta nueva trama minera sería el mismo que en el caso de La Camocha, en el que el mineral para cometer el fraude se habría importado por los puertos de El Musel y Avilés. En ambos casos, el carbón importado, de peor calidad, se mezclaba supuestamente con la producción propia en explanadas próximas a las respectivas minas, adonde llegaba en camiones. En la operación «Bola negra» se detectó la mezcla de carbones en una explanada próxima a la carretera N-630.

La familia de Juan José Cachero recuperó hace aproximadamente un año la plena propiedad de Carbones de Linares, la única mina privada que permanece abierta en la cuencas del Caudal y en la que durante años tuvo como socio al empresario minero leonés Fernando García Brugos. Brugos, antiguo dueño de Mina La Camocha, está imputado junto a Cachero en el caso abierto por el supuesto fraude de subvenciones en la explotación gijonesa. A través de sus respectivas esposas también son socios en Garaysam, una explotación minera de azabache en Oles (Villaviciosa).