Oviedo, L. Á. VEGA

Las comunicaciones por carretera de Asturias con Galicia quedaron prácticamente cortadas ayer a la altura de Navia después de que el río Barayo anegase también el desvío habilitado a raíz de que la carretera nacional 634 sufriese el hundimiento de la plataforma. Camiones y autobuses se están desviando por León, mientras que los turismos tienen que apartarse unos 15 kilómetros de la nacional a través de carreteras locales por el concejo de Villayón. Un intento de abrir una vía de agua con voladuras controladas, ayer, a las ocho de la tarde, resultó infructuosa.

La Delegación del Gobierno calcula que se necesitarán dos días para desaguar el embalse formado por el río Barayo, que ha sumergido casi todo el pueblo de El Bao. El delegado del Gobierno, Antonio Trevín, aseguró ayer que habrá que hacer una carretera nueva. Por lo pronto, se va a desmontar el talud para hacer una nueva conducción para el río Barayo. Eso tardará una semana. Hoy, lunes, se iniciarán los trámites para sacar adelante el proyecto de reconstrucción de la carretera. Trevín pidió a Carreteras «prioridad absoluta» para este proyecto.

Lejos de mejorar, la situación en El Bao se agravó, lo que obligó a recurrir a la Unidad Militar de Emergencias (UME), en torno a las dos de la madrugada de ayer. Unas horas después, a las cinco y media de la mañana, los primeros militares (ahora hay 49) del V Batallón de Emergencias, con base en El Ferral del Bernesga (León) se desplegaron en la zona. Durante todo el día se bombeó el agua embalsada. Una comisión con todos los organismos implicados, desde la Delegación del Gobierno hasta la Confederación Hidrográfica, decidió llevar a cabo voladuras controladas. El ensayo, sobre las ocho de la tarde, resultó infructuoso.

Mientras las comunicaciones con Galicia se complicaban en una jornada de por sí problemática, por el regreso del fin de semana, a otras carreteras no les iba mucho mejor. El sábado, un tramo de unos treinta metros de la nacional que une Ribadesella y Canero (N-632) se vino abajo, lo que obligó a cortarla. Suma y sigue para una carretera que, un poco más arriba, en el alto del Praviano, lleva cortada ya dos años.

Además, la carretera de Avilés a Salinas (antigua N-632) quedó cortada por un gran argayo en Raíces Viejo, en Castrillón. Se une a las que ya están fuera de servicio desde el jueves, como el acceso a la playa de Xagó o la carretera del faro de Peñas. La gran tromba pasó como el caballo de Atila por el Occidente. Está cortada la carretera de Villayón a Boal, la de Barres (Castropol) a Vegadeo y la de Arancedo a Lebredo (El Franco). Además , quedó inutilizada la carretera entre Pola de Siero y el alto del Infanzón, por el mal estado de la vía.

Vegadeo despidió ayer Mercedes Díaz, la anciana que falleció el jueves por la noche, cuando intentaba cruzar un arroyo en Vega de Villar. La búsqueda de su marido, Jacinto Bustelo, continuó ayer, sin éxito. Además, el nivel de los ríos asturianos se redujo, después de los niveles alcanzados en la madrugada del sábado, que pusieron el Nalón y el Sella en situación de prealerta. En Langreo y San Martín del Rey Aurelio comenzaron los trabajos de limpieza de las márgenes.