Oviedo, L. Á. VEGA

«Era un hombre alegre, que no se quejaba del servicio. Murió haciendo lo que quería», señaló ayer una agente de la Guardia Civil sobre su compañero Ignacio Fernández Iglesias, fallecido anteayer, martes, al sufrir un derrame cerebral mientras asistía a unos accidentados en El Bao (Navia). El teniente general Atilano Hinojosa Galindo, jefe de Unidades Especiales y de Reserva, impuso ayer al guardia a título póstumo la cruz de plata al Mérito de la Guardia Civil en un sencillo, pero emotivo acto celebrado en el cuartel del Rubín, en el que la viuda del fallecido fue arropada por el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, y el coronel José María Feliz, jefe de la zona de Asturias. Posteriormente se celebró el funeral en la iglesia de los Santos Apóstoles de Oviedo. Finalmente, el entierro, con salvas de honor, tuvo lugar en el cementerio de La Carriona, en Avilés, de donde era natural el fallecido, aunque residía en Oviedo.

Fernández Iglesias estuvo diez años en el Grupo de Acción Rápida (GAR) de Álava, con el que participó en numerosas operaciones antiterroristas. También estuvo nueve años en el cuartel de Trubia y participó en misiones internacionales en Dubai y Jerusalén (Israel).