Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

Asturias, ya con el agua al cuello, respiró aliviada entre la una y las dos de la tarde de ayer. A esa hora dejó de llover, tras una mañana de fortísimas precipitaciones. Lo hizo justo a tiempo. Más agua hubiese agravado hasta límites imprevisibles los desbordamientos y las inundaciones que la región sufre desde el domingo por la tarde. Pero casi sin tiempo para cerrar el paraguas, el Principado afronta hoy la llegada de un frente frío que amenaza con dejar temperaturas bajo cero y nevadas, incluso a nivel del mar. No mejorará hasta finales de semana.

La situación más preocupante cuando ayer cesó el que ya parecía interminable aguacero estaba en el curso medio y bajo del Nalón. El río, que de madrugada se había llevado por delante el puente de acceso al barrio trubieco de La Riera, pulverizaba los umbrales de alerta en el puente de Palomar, en Ribera de Arriba, con un nivel que rozaba los seis metros de altura. El cauce, muy bien alimentado por la apertura de las presas de Tarna y de Rioseco a primera hora de la mañana, estaba desbordado en varios puntos del municipio, entre ellos Bueño, una de las localidades más afectadas por la histórica «riadona» de hace dos años. Los vecinos asistían angustiados a la crecida ante la posibilidad de que se reprodujera una situación similar. Aunque el agua llegó a entrar en algunas casas y también anegó fincas, no llegó al nivel de junio de 2010. Dejó de llover justo a tiempo, porque a las ocho de la tarde, y aunque ya a la baja, seguía la alerta roja en el puente de Palomar.

En Arriondas, y pese a que todo el dispositivo estaba preparado, no fue necesario proceder a la evacuación del hospital comarcal. La crecida del Sella, que dejó inundaciones de relevancia en la capital parraguesa, alcanzó niveles de riesgo durante la madrugada del martes, con seis metros y medio. Anoche andaba por los cuatro metros y el cauce abandonaba la situación de alerta.

En Ribadesella, el desbordamiento del río obligó a cortar temporalmente un carril de la carretera de Santander (N-634), vía que también sufrió problemas en Triongu, pero en la que se circulaba anoche con absoluta normalidad. Hubo inundaciones en varias localidades riosellanas y de Cangas de Onís, por la crecida del Sella, mientras que en Peñamellera Baja generó idénticos problemas el desbordamiento del río Cares.

Otra localidad que respiró aliviada con el final de la lluvia fue Moreda. Amainó justo cuando el río Aller estaba a punto de salirse del cauce en pleno casco urbano. En Morcín evitó que fuesen a más las inundaciones en Argame, otra localidad que sufrió la tragedia de 2010. En Laviana, donde el Nalón se desbordó en varios puntos, había preocupación por la posibilidad de que el agua se acercara a algunos centros educativos situados en las inmediaciones del cauce, algo que no se produjo.

El Nalón también anegó huertas de Candamo y de Pravia. Ya en la desembocadura del río, se espera que hoy abra el puente de La Portilla, entre Soto del Barco y Muros de Nalón, cerrado el lunes por la cantidad de maleza acumulada en sus vanos.