Oviedo, Eloy MÉNDEZ

La gestión del ferrocarril de vía estrecha en Asturias tuvo manga ancha para gastar durante la etapa del socialista José Blanco en el Ministerio de Fomento. Feve pagó 800.000 euros por restaurar una antigua locomotora que formaba parte de la colección del Museo del Ferrocarril de Gijón y que pretendía utilizar como reclamo de una ruta turística en el oriente de Asturias. Sin embargo, tras finalizar los arreglos se descubrió que la reliquia no era apta para desarrollar este tipo de servicio y ahora duerme el sueño de los justos en unas cocheras de El Berrón. Otro despilfarro más que se suma al millón de euros destinado a construir el «Fabiolo», un tranvía de hidrógeno que nunca llegó a funcionar por fallos tecnológicos o a los cuarenta millones que la compañía pagó por varios tren-tran para Langreo y Avilés sin haber construido antes la infraestructura necesaria para su puesta en marcha.

La locomotora VA8 fue construida en Vizcaya en 1958 por Babcok & Wilcox para el ferrocarril Vasco-Asturiano, que quedó integrado en Feve en 1972. A principios de la década de los ochenta, esta imponente máquina de vapor se convirtió en propiedad de Hunosa, que la destinó inicialmente a cubrir el servicio de la línea entre Figaredo y Turón, para tirar de vagones cargados de carbón. Nueve años después la empresa hullera decidió retirarla por su antigüedad y, tras consumirse en unos hangares, el Museo del Ferrocarril se hizo con ella para convertirla en una pieza más de su exposición permanente, en la vieja estación del Norte de Gijón.

En 2007 Feve llegó a un acuerdo con Hunosa para hacerse con la propulsora y restaurarla, con el objeto de convertirla en el símbolo de una ruta paisajística, que inicialmente estaba pensado crear en Arriondas, pero que nunca se llegó a concretar. La compañía, que será absorbida por Renfe y el Adif en enero, dedicó dos años y 800.000 euros a la mejora, que se acometió íntegramente en Asturias y en la que participaron dos empresas de la región: Talleres Alegría, especialista en elementos de vía, y Olmar, que se encargó de poner en marcha la caldera de vapor tras la sustitución de la antigua pieza que funcionaba con carbón por otra que lo hacía con hidrocarburos. El pasado 29 de septiembre la empresa presentó en El Berrón su recuperada joya y anunció un período de pruebas antes de su puesta en marcha. Nueve meses después se encuentra aparcada en unos cobertizos, sin usar y en vías de deteriorarse.