Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

El proyecto para la construcción de una nueva estación de tren en León se desinfla. El Ayuntamiento leonés, en manos del PP, acaba de solicitar la disolución de la sociedad encargada de la integración del AVE en la ciudad -que incluía una gran terminal ferroviaria, unida a la de autobuses, en pleno centro urbano- con el objetivo de replantear toda la actuación y adaptarla a la difícil situación económica actual. Mientras, la cúpula popular en la provincia, que controla la Diputación, reconoce abiertamente que «no hay dinero» para construir una nueva estación en el corto o medio plazo y anuncia que la instalación provisional, inaugurada en un «fondo de saco» en 2011 por el entonces ministro de Fomento socialista, José Blanco, continuará operativa durante «muchos años». Como consecuencia, los trenes de Asturias seguirán condenados a efectuar una maniobra marcha atrás de 20 minutos para entrar o salir de una estación «provisional» en la que se han invertido 23 millones de euros. En la actualidad, esta circunstancia eleva a unas cinco horas, de media, el tiempo de viaje en Alvia entre Oviedo y Madrid, y a unas cinco horas y media en el caso de Gijón.

En esta tesitura, y en la presentación de los presupuestos estatales para León, el diputado nacional popular Alfredo Prada abrió la puerta a que, cuando esté lista toda la línea de Alta Velocidad, se habiliten trenes AVE entre Asturias y Madrid que no se detengan en León, con el objetivo de evitar la maniobra en una estación temporal que cada vez tiene más visos de convertirse en definitiva. Es una solución que ya ha puesto en marcha Renfe, aunque sólo con dos trenes Alvia a la semana. Se trata del que sale de la estación madrileña de Chamartín los viernes a las 18.30 horas y del que parte de Gijón en dirección a la capital de España a las 17.22 horas de los domingos.

La estación provisional de León se levanta a escasos 50 metros de la histórica terminal ferroviaria de la ciudad, que en marzo de 2011 cerró una historia centenaria. La entrada en servicio de la nueva instalación permitió la supresión del también cercano paso a nivel del barrio del Crucero, la gran barrera ferroviaria de la ciudad y motivo principal por el que la estación provisional se construyó en un fondo de saco, a la espera de una nueva traza ferroviaria por la ciudad que ahora se difumina.

El proyecto de integración del AVE en León, que de momento se limita a la supresión del paso a nivel, era muy ambicioso. Entre otras cosas, planteaba la construcción de 3.369 viviendas, nuevos viales y accesos en las zonas liberadas de vías, así como un edificio vanguardista para la estación y un nuevo puente sobre el Bernesga. La terminal de transportes iba a ser el gran emblema del proyecto, coronada con un gran hotel dotado de restaurante panorámico. El diseño del nuevo puente fluvial se inspiró en el «Novo Ponte Vecchio» de Florencia.