Santa Eulalia de Oscos / Grandas de Salime,

T. CASCUDO

Dos incendios forestales en torno al valle del río Agüeira ponen en peligro el corazón de la Reserva de la Biosfera del río Eo, Oscos y Terras de Burón. Se trata de una zona de alto valor ecológico, lo que obligó ayer al Principado a activar el plan de emergencias de Protección Civil por incendios forestales (INFOPA) en situación 1. Lo escarpado del terreno -una zona de monte en la frontera de los concejos asturianos de Grandas de Salime, San Martín de Oscos y Santa Eulalia de Oscos y el gallego de Fonsagrada- y la sequía de los meses estivales hacían difícil anoche el control del fuego, que no paraba de avanzar.

El primero de los focos se originó en la noche del miércoles en el monte de Nonide, en el municipio de Santa Eulalia de Oscos. El segundo comenzó a prender en el suelo gallego de Fonsagrada y a media tarde llegó hasta el concejo de Grandas de Salime.

En esta zona corrió durante horas riesgo la localidad grandalesa de Trabada, que, según relata el regidor Eustaquio Revilla, finalmente se salvó de las llamas. Tanto este pueblo como los núcleos de Nonide y Quintela, en Santa Eulalia de Oscos, y el de Tresmonte, en San Martín, fueron las poblaciones más próximas a los focos del incendio, si bien no fue necesario desalojar ninguna de las viviendas. Desde la localidad grandalesa de Folgosa Julia Díaz observaba ayer el fuego con mucha preocupación. «Tengo miedo, claro, además tengo ganado en una de mis fincas y temo que llegue, está muy cerca», decía. Y es que, pese a que la zona del fuego se concentraba en un cañón en torno al río Agüeira, la columna de humo se divisaba desde toda la comarca.

Uno de los problemas de cara a sofocar el incendio fue que el fuego se localizó en zonas de terreno muy pendiente. «Eso hace difícil el acceso a pie y dificulta las descargas desde los helicópteros, que no se pueden acercar demasiado y tienen que tirar el agua desde muy alto», aseguró el coordinador de Protección Civil de Fonsagrada, Víctor Lombardía.

En torno a las nueve de la noche de ayer, el regidor grandalés explicó que la situación en su concejo estaba mejorando, porque se había producido un cambio de aire. «Por suerte, ya que, si no, hubiera sido un riesgo para Trabada», anunció. Esta localidad es una de las más pobladas del municipio. El fuego en esta zona, según Revilla, asoló fincas repobladas y monte bajo. «También afectó a pastizales e incluso a algún vecino le quemó rollos de hierba», precisó.

Por su parte, el alcalde de Santa Eulalia de Oscos, Antonio Riveras, lamentaba ayer la situación, ya que se trata de zonas de alto valor ecológico, que afectan además a buena parte del territorio catalogado por la UNESCO en 2007 como Reserva de la Biosfera del río Eo, Oscos y Terras de Burón. El regidor apuntó que se trata de un fuego intencionado, a pesar de que son zonas «que no tienen interés urbanizable, ni roturable de cara a labores agrícolas». El primer edil santallés, que lleva años mostrando su oposición al trazado eléctrico Boimente-Pesoz, se refirió también a la casualidad de que la zona afectada corresponda al trazado de esta línea de Red Eléctrica Española (REE). «Es difícil probarlo, pero en la misma zona y en los últimos años se han registrado alrededor de siete incendios», dijo Riveras.

No obstante, el más grave de los últimos años ha sido el detectado en la noche del miércoles y que está provocando que queden arrasadas hectáreas de terreno ocupadas fundamentalmente por bosque de ribera, castaños, pinos y brezal atlántico. El regidor santallés asegura que es difícil hacer una estimación de la zona quemada, pero que podría rondar las cien hectáreas.

El tercer municipio afectado y el último en recibir las llamas fue el de San Martín de Oscos. El regidor, José Antonio Martínez Rodil, explicó, en torno a las diez de la noche de ayer, que la situación era complicada, ya que «el fuego está incontrolado». En su concejo los pueblos más cercanos al fuego son los de Tresmonte y Vilarín de Tresmonte, si bien el regidor confía en que no corran peligro. «Están trabajando los vecinos y estamos tratando de cortarlo para que no avance más», precisaba ayer a pie de campo.

En el trabajo de extinción, según la información facilitada por el 112, trabajaron durante toda la jornada efectivos de Bomberos de Asturias, dos brigadas de refuerzo de incendios forestales (BRIF), agentes del medio natural del Principado y empresas y cooperativas forestales contratadas como apoyo.

Dado lo escarpado del terreno sólo fue posible trabajar desde el aire. En total se dispuso de siete aparatos: dos helicópteros de Bomberos de Asturias con capacidad de descarga de 1.000 litros de agua, dos hidroaviones del Ministerio de Medio Ambiente, dos helicópteros de las BRIF con una capacidad de carga para 1.500 litros de agua y un séptimo helicóptero con capacidad para 4.500 litros de agua. Además, ya que uno de los incendios se inició en Galicia, colaboran en la extinción los medios gallegos.

No obstante, estos equipos se vieron obligados a abandonar el terreno al caer la noche. Entonces sólo los medios humanos trataron de poner freno a las llamas que seguían avanzando sin control. El regidor de Santa Eulalia confió en que con la humedad de la noche fuera posible reducir la fuerza de las llamas.

Los alcaldes de la comarca cruzan los dedos y confían en que sea posible sofocar el fuego lo antes posible. En este sentido, el alcalde santallés recuerda la importancia de disponer de buenos medios para combatir este tipo de incidentes. «Creo que debería reconsiderarse la importancia del embalse de Ferreira, que hubiese sido de gran ayuda para la recogida de agua por parte de los helicópteros», explica. Y es que la presa se halla estos días muy baja, lo que obliga a los operarios a desplazarse a embalses vecinos para cargar los depósitos de agua.