Bueño (Ribera de Arriba),

M. J. IGLESIAS

Si alguien se encontraba especialmente feliz en Bueño ése era Belarmino Fernández, presidente de la asociación cultural que articuló la candidatura galardonada con el premio al «Pueblo ejemplar». Mientras ojeaba LA NUEVA ESPAÑA, aseguraba que aún no se han sentado a decidir en qué se gastarán los 25.000 euros del premio. «En ninguna reunión hemos hablado aún de cuestiones económicas, a la gente le preocupaba más que todo estuviese a punto». Muchas de las mejoras realizadas para la visita de los Príncipes han salido del bolsillo de los lugareños, todo un símbolo de convivencia en comunidad en pleno siglo XXI.

Fernández confía en que la asociación, también afectada por recortes de subvenciones, pueda mantener sus actividades, entre ellas el Festival de Jazz, con fama nacional, al que acuden conocidos artistas.

A las afueras del pueblo, muy cerca del área recreativa de El Llosalín y en uno de esos prados tan llanos que caracterizan las tierras de Ribera de Arriba, el Centro de Interpretación del Hórreo, que el sábado recorrieron detenidamente los Príncipes, pulverizó su récord de visitantes, llegando a contabilizar 82 en la tarde del sábado y 50 en la mañana del domingo.

María Fernanda Fernández y Pablo Álvarez, encargados del equipamiento, de ejecución pública y gestionado por una empresa privada, destacaban el interés de la Princesa por los juegos interactivos y audiovisuales que invitan a sumergirse en el mundo de los hórreos -en Bueño se conservan tres levantados en el siglo XVI-, las paneras o los cabazos.