La propuesta de reforma del sistema electoral asturiano entró ayer en la Junta General del Principado avivando a su paso las dudas sobre los apoyos que tendrá para ser transformada en ley y por extensión sobre el futuro del acuerdo que garantiza la gobernabilidad de la región. En la letra impresa, el texto quedó registrado con las firmas de PSOE, IU y UPyD; de palabra, el apoyo de los socialistas quedó condicionado una vez más a la suma al pacto de los votos de la derecha. Las otras formaciones esperan ahora "coherencia". "Creo que todos los partidos somos coherentes y responsables", aseguró el diputado de UPyD, Ignacio Prendes, en respuesta a la hipótesis de que el PSOE acabe votando en contra de la toma en consideración de la proposición. "El filibusterismo político", dijo, "está muy bien para las películas americanas, pero en este parlamento no cabe". Era un mensaje con destinatario genérico, pero inevitablemente dirigido a su "socio preferente" socialista, que firmó el texto justo antes de reafirmar sus condiciones y repetir que se opondrá si no logra el apoyo del PP, de Foro o de ambos, algo que aún no ha sucedido.

Sin votos de la derecha "no hay ley. Así de sencillo", afirmó el portavoz socialista, Fernando Lastra, asintiendo a la posibilidad de que su grupo vote en contra de una iniciativa que él mismo ha promovido.

"Por sus características", por el calado de la reforma, el PSOE entiende que a la revisión electoral no le basta la mayoría absoluta que suman los tres grupos. Sostiene que necesita una "reforzada", que abarque "el conjunto del espectro ideológico", y reincide en su propósito de "no promover la ley de una mitad de la cámara contra la otra".

"Estamos de acuerdo con la reforma si suma más de 23 votos, por eso hemos puesto nuestra firma", recalca Lastra. "Cuando alguien firma una proposición de ley", replica Prendes, "es porque está de acuerdo con su contenido y en disposición de apoyarla en el parlamento. Y asumiendo el reto de "ampliar la mayoría", el respaldo que ya tienen le parece "suficiente, amplio" y, utilizando la terminología de los socialistas, constitutivo de "una mayoría reforzada".

Sin amenazar expresamente esta vez con la posibilidad de que la tensión a cuenta de la reforma electoral haga añicos el pacto de legislatura, Prendes advirtió de que la cuestión electoral es "un punto esencial que formaba parte del núcleo duro" de su compromiso con el PSOE y no dejó pasar la oportunidad de aclarar que el pacto "es dinámico, hay que validarlo día a día con políticas y acuerdos".

El portavoz de IU, Ángel González, emplazó, por su parte, al PSOE a "cumplir lo que todos prometimos, trabajar al máximo por el consenso con los dos grupos que no han firmado". La propuesta registrada en la cámara, dijo, "es coherente con lo que hemos trabajado y acordado en el pleno. Ojalá la coherencia se mantenga hasta el final". El coordinador general, Manuel González Orviz, coincidió en la consideración de que los postulados de la reforma cuentan con "una mayoría reforzada en la sociedad que cada vez nos pide más democracia, representatividad y transparencia".

La derecha reavivó ayer su oposición a la reforma. La portavoz de Foro, Cristina Coto, por considerarla un "chantaje" de UPyD e IU al PSOE y la presidenta del PP de Asturias, Mercedes Fernández, porque el cambio interesa sólo a los partidos minoritarios, "no a los asturianos".

La revisión

Circunscripciones

La iniciativa mantiene tres, pero sólo para elegir a 35 diputados. Los otros 10 se distribuirán de acuerdo a los votos "perdidos" en el proceso anterior.

Listas desbloqueadas

El elector podrá marcar candidatos preferentes en la lista del partido al que vote. Los candidatos que superen el 5 por ciento de los sufragios de su partido pasarán a ser elegidos de manera preferente.

Primarias

Obligatorias para elegir a los cabezas de lista.

Sustituciones temporales

Los diputados podrán ser sustituidos en caso de baja.

Debates en campaña

Al menos dos con los candidatos de los grupos con representación parlamentaria.