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CONVERSACIONES | | EN OTOÑO | Miguel Ángel gonzález

"Cuando la gente dice que los bancos nos están costando dinero, no sabe lo que dice"

"Asturias debe dejarse de guerras internas y apoyar las fortalezas que tiene para poder salir de la crisis"

Miguel Ángel González, ayer en su casa de Folgueras de Cornás, en Tineo. Pepe Rodríguez

Miguel Ángel González (Madrid, 1957) no es tan mediático como su hermano, el periodista deportivo Paco González, pero le tiene el mismo cariño a Asturias, "o más". "Es que de aquí me gusta absolutamente todo", dice mientras posa delante de su casa de Folgueras de Cornás, en Tineo, de donde es buena parte de su familia. No le va nada el fútbol, así que prefiere hablar de economía, que es lo suyo. Aunque ahora se dedica a la consultoría en Madrid, González ha estado 33 años metido en banca, 13 en el Banco Popular y 20 en Barclays. Una experiencia de la que se ha servido para publicar "Pierde la banca", un libro que consigue explicar de una manera amena el papel de la banca en esta crisis.

-¿Qué pierde la banca?

Aparte de mucho dinero, pierde prestigio, consideración social, muchísimos empleados, sucursales, presencia. Pero fundamentalmente y de cara a los ciudadanos, prestigio a base de errores y más errores.

-¿Como cuáles?

En el origen de esta crisis, la banca ha tenido un comportamiento gregario: ir a donde van las ovejas. Como todos dan créditos, yo también. Eso es imprudencia. Pero también hubo impericia, gente que se ha metido en esto sin saber nada. Hubo directivos que lo más parecido que han visto a un banco es una banqueta. Y después codicia y avaricia: se han financiado aeropuertos para peatones, obras faraónicas... La gente bancaria también tuvo miedo, porque o invertías o te ibas fuera. Y un error capital fue el cortoplacismo. En el libro explico cómo se puede retorcer un balance para generar beneficios a corto plazo, llevárselo crudo y luego salir corriendo.

-¿Toda la culpa de la crisis es de la banca?

No, para nada. Cada agente tiene su cuota. La banca también, por supuesto. En la banca se ha metido la pata y se ha metido la mano.

-Explíquese.

En muchas cajas ha habido intromisión política y se han colocado a amigos y amiguetes. Y ha habido gente que se ha asignado unas indemnizaciones absolutamente obscenas. Y eso no es un error. En eso no se han equivocado. Eso es meter la mano en la caja.

- El problema, por tanto, ¿es del sistema o es de las personas y de sus actuaciones?

Los bancos tienen gran facilidad para generar dinero. El problema es que se ha dado dinero que no se tenía. Y también hay parte que tiene que ver con las personas, con esos políticos que han jugado a que las cajas eran bancos de desarrollo local. Un dato: desde 1984 a 2008, las cajas de ahorro pasaron de 10.000 oficinas a 25.000 y de 11.000 empleados a 135.000. En ese período, los bancos redujeron sus oficinas de 16.000 a 15.000 y sus empleados de 165.000 a 115.000.

-Entonces el problema son las cajas, no los bancos.

Mayoritariamente, sí. El problema de España es cajario, no bancario. Cuando la gente dice que los bancos nos están costando dinero no sabe lo que dice. Los bancos privados no nos han costado ni un sólo euro.

-¿No se suponía que teníamos la banca más sólida del mundo?

A aquel pronóstico de Zapatero no le faltaba razón. Era una verdad a medias. Era una verdad si excluimos una buena parte de las cajas de ahorro. El sistema de provisiones era bueno, un sistema fortalecido que ha aguantado bien el tirón de lo que ha venido. Sucede que no aguanta que haya crecimientos exponenciales como el caso de las cajas, sin una base sólida. Aquí no ha habido una "subprime" de forma extendida salvo contadas excepciones. Eso quiere decir que el sistema es fuerte. Por lo tanto el pronóstico era verdad en parte.

-¿Ha faltado autocrítica?

Crítica, autocrítica y mucho conocimiento. A mucha de la gente que podía prever lo que podía ocurrir la han quitado de en medio. Han quitado a gente con experiencia para meter a otra que sí, que tienen mucho valor, mucho arrojo, mucho ímpetu, pero por hacer las cosas en el corto plazo. Al quitar a esa gente que ha vivido otras crisis se ha dejado de hacer esa crítica desde dentro hacia fuera. Cuando se decía que esta forma de crecer era una locura, todo el mundo convenía en que lo más que podía ocurrir era un aterrizaje suave. Y ya se vio lo que sucedió.

-¿El rescate a la banca llegó muy tarde?

Tres años tarde. Pero como aquí tenemos ciertos complejos sobre el uso del dinero público pues se metió cuando se metió. Si se hubiera metido en su momento, y no sólo dinero, sino una reforma como es debido, otro gallo nos hubiera cantado.

-¿Pero la reforma bancaria no está empezando ahora a dar sus frutos?

Está dando sus frutos desde el punto de vista de saneamiento de la banca. Y en eso se está haciendo bien. Pero la gente espera que sea desde el punto de vista de la facilidad en el crédito. Y eso no va a llegar a corto plazo.

-¿Entonces no estamos saliendo de la crisis?

Hay algunos datos que son buenos, como la venta de coches, por ejemplo. Pero como aquí cuando no estamos en campaña electoral, estamos en precampaña electoral, cada uno acomoda sus cifras a su discurso y a sus intereses. La Unión Europea habla de una muy débil recuperación de la demanda interna y eso con la desconfianza que hay es importante.

-Para salir de la crisis, en cualquier caso, hace falta estabilidad política.

Y tenemos un Gobierno acomplejado y una oposición que si salieran adelante muchas de sus propuestas supondría un incremento del gasto público y eso estaría fuera de lugar. Es cierto que hay que afrontar una reducción del déficit. Y en ese contexto recortes tiene que haber. Pero aquí todavía no se ha metido mano a lo primero que se tenía que haber metido, que es la estructura del Estado y el gasto público. Gasto, que no inversión.

-En Asturias, por lo visto últimamente, lo que falta precisamente es estabilidad política.

Asturias debe dejarse de guerras internas y apoyar las fortalezas que tiene, que son muchas, para poder salir de la crisis.

-¿Está bien preparada para ello?

La imagen de Asturias fuera de Asturias es mucho mejor de lo que los propios asturianos se creen. La región tiene sus sectores potentes, no puede seguir perdiendo la carrera, por ejemplo, en temas industriales. Hay que apoyar lo que la tierra te da y nadie tiene como el Paraíso Natural. Y explotar la gastronomía y el turismo.

-Como usted, que tiene un negocio en Madrid de productos asturianos.

Se llama La Cocinona y llevamos tres años con él. Es un pequeño negocio de comida casera y productos típicos. Tenemos más de 100 variedades. Y más de 20 tipos de quesos.

-¿Y cómo se le ocurrió?

¡Para hacer patria! Para acercar Asturias a la gente. Tenemos un Paraíso que ya quisieran otros. Y eso lo debemos explotar.

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