El Gobierno asturiano prevé destinar el 67 por ciento de los recursos disponibles el próximo año a las políticas sociales: sanidad, educación y servicios sociales. El presidente del Principado avanzó ayer ese dato del proyecto de presupuesto para el año próximo que su gobierno, en minoría, tendrá que intentar pactar con otros grupos para su aprobación, durante un encuentro con empresarios y directivos asturianos organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección y Deloitte. Javier Fernández mantuvo su rechazo a la estrategia de rebajas tributarias emprendidas por algunas regiones -en particular, la Comunidad de Madrid- y sugirió que el coste de esa rebaja fiscal la van a acabar pagando, entre otros, los asturianos si prosperase la reforma del sistema de financiación que propugnan las comunidades que promueven esos recortes impositivos.

En un almuerzo coloquio, en el que los empresarios preguntaron en varias ocasiones por el impacto económico de una eventual prórroga, el presidente asturiano hizo un implícito llamamiento a hacer causa con el Gobierno para evitar ese escenario que, de producirse en 2014, conllevaría "casi toda seguridad", dijo, que la prórroga también se extienda a 2015 por ser "año electoral". Fernández invocó de forma sutil el respaldo empresarial para que contribuyan a crear una demanda social que favorezca la aprobación de los presupuestos: "La prórroga es indeseable y dañina para Asturias", aseveró. "Asegurar, o poco menos, que da lo mismo la prórroga que el presupuesto es una frivolidad. No estamos en una fase expansiva, en la que una prórroga pueda ayudar a depurar o sanear el presupuesto. Estamos, por el contrario, en una situación en la cual son imprescindibles todos los recursos", sostuvo el presidente del Principado. "Sin catastrofismos", precisó, la prórroga sería "negativa".

El guiño a los empresarios conllevó una alerta sobre la paradoja en la que incurren, a juicio de Fernández, algunas fuerzas políticas, que no identificó, cuando, a su juicio, de forma "contradictoria", reclaman al Gobierno asturiano que impulse la actividad económica y a la vez "minimizan irresponsablemente la posibilidad de dejarla en una situación de prórroga presupuestaria". El presidente asturiano apeló a su vez a la patronal y a los sindicatos con la alerta de que el pacto suscrito a tres bandas en la concertación social, y que incluye "diversas medidas, muy importantes, relacionadas con la inversión pública, "también precisa soporte presupuestario para su pleno desarrollo".

El anuncio de que se seguirá dedicando el 67% del presupuesto a gasto social, y la explícita mención además al "salario social" (prevé destinar a este fin 70 millones, frente a unos 20 millones en 2007, el año previo a la crisis), cabe ser interpretado como el diseño de un modelo presupuestario asimilable por IU, uno de los dos socios, junto con UPyD, que había garantizado hasta ahora la estabilidad del Gobierno minoritarias y la aprobación de sus iniciativas. Pero Fernández lo justificó ante los empresarios por su propio efecto económico: "El sistema de garantías sociales tienen una fuerte incidencia económica, pero no sólo por su implicación sobre el mercado, sino también por el alto volumen de empleo que supone".

A preguntas de los empresarios, el presidente asturiano aseguró desconocer si será capaz de pactar las cuentas con otras fuerzas, pero prometió que hará todos los esfuerzos: "Voy a intentar que haya presupuestos", aseveró. Una hipotética prórroga afectaría sobre todo a las inversiones, salvo a las plurianuales, mientras que los servicios "se mantendrán con toda seguridad". Para nuevas inversiones habría que "ir a la Cámara a pedir el respaldo para cada proyecto, por lo que las licitaciones se demorarían, el proceso sería lentísimo y el nivel de ejecución mucho más bajo que en 2013".

El objetivo capital en materia de infraestructuras será lograr que Fomento culmine el nuevo trazado ferroviario, la Autovía del Cantábrico, la Autovía del Suroccidente y los accesos a la zona logística ZALIA. Pero Fernández argumentó que, si bien es "indispensable acabar las comunicaciones troncales de Asturias", esto "no supondrá la salida de la crisis" y tachó de "mitología" la creencia que liga nuevas infraestructuras con la seguridad del crecimiento económico.

Frente a la espiral competitiva de rebajas fiscales que han puesto en marcha algunas comunidades, de las que Fernández citó como ejemplo a Madrid, el presidente asturiano reclamó que la política fiscal se diseñe "para todo el Estado" y alertó del riesgo que para Asturias y otras regiones beneficiarias del actual sistema de financiación puede entrañar esa dinámica. e ingresos a los que otros territorios. "No nos dejemos engañar", alertó: "El Gobierno madrileño propugna rebajas fiscales, pero al mismo tiempo reclama la aplicación del principio de ordinalidad en la financiación autonómica", que también reclaman los nacionalistas catalanes.