Los impuestos en Asturias ni subirían ni bajarían, es decir, permanecerían congelados en 2014 si llegase a prosperar la propuesta de cuentas que el Gobierno presentará a IU y UPyD, las fuerzas de las que pretende obtener el visto bueno durante la negociación recién iniciada. La Consejería de Hacienda maneja un borrador interno con el Presupuesto de 2014 ya cerrado, unas cuentas continuistas y muy parecidas a las que quienes el Ejecutivo llamaba hasta hace poco «socios preferentes» aprobaron el año pasado. Será a partir de esos cálculos donde comience el tira y afloja con dos fuerzas que ahora acuden con una actitud diferente a la de hace doce meses, cuando eran apoyo de los socialistas en el Parlamento.

La cuerda fiscal no da ya más de sí en Asturias. Con la segunda carga impositiva de España, después de Cataluña, el Ejecutivo regional no puede ni quiere apretar las tuercas por esa vía. El año pasado aún tuvieron el margen del nuevo tributo sobre los depósitos bancarios -30 millones de euros- y la revisión del impuesto de patrimonio, con otros 3 millones para las arcas regionales.

Por la vía fiscal, al Principado le entran este año 120 millones por sucesiones, 58 por el canon de saneamiento, los 30 de la banca, 23 por el impuesto de patrimonio, 8,2 por la tasa a los centros comerciales y 104 en la última previsión conocida por transmisiones patrimoniales y actos jurídicos, a lo que habría que añadir la parte correspondiente a haber duplicado el llamado céntimo sanitario. De ahí que el margen de maniobra para 2014 sea prácticamente nulo.

El Gobierno sale a la negociación en unas posiciones de partida sobre las que asume que tendrán que «hacer concesiones» ante la presión que puedan ejercer las otras dos partes del trato. La educación y la sanidad públicas y los servicios sociales son intocables para el Ejecutivo de Javier Fernández. Son gastos «inelásticos», como le gusta decir al presidente del Principado, que a lo anterior añade para el Presupuesto de 2014, y así ha trabajado la Consejería de Hacienda, el intento de mantener en la medida de lo posible inversiones «dentro de la razonable», dicen en el departamento de Dolores Carcedo, para reactivar la economía regional y el empleo.

La Consejera ya ha superado el trance de cortar las alas a las peticiones individuales de cada departamento del Gobierno regional y adecuarlas a la realidad presupuestaria, un proceso «complejo», apuntan en Hacienda, porque el margen de maniobra es estrecho y las prioridades son claras. Ahora es el momento de que comience el traslado de información a IU y UPyD, para que analicen si los planes del Ejecutivo se ajustan a sus pretensiones.

«Es un Presupuesto similar al anterior en cuanto a la capacidad de gasto», dicen fuentes cercanas a la elaboración de las cuentas asturianas. Con los cálculos internos ya cerrados, el proceso de los próximos días se ciñe a la carga de los tomos en el sistema informático llamado «Asturcón» y al remate al texto de la normativa, la ley del Presupuesto en sí misma.

De momento, no habrá trasvase directo del borrador a las partes, sino que será un aporte de información a demanda de los dos interlocutores. El viernes UPyD conoció, como pedía, el estado de la ejecución del presupuesto del actual ejercicio. El primer encuentro con IU será mañana en la Junta y previsiblemente recibirá la misma información que el partido magenta.

A ambas formaciones el Gobierno les facilitó la ejecución a fecha 15 de noviembre, desglosada por capítulos. A 31 de octubre, la Consejería de Hacienda, que analiza estos datos mes a mes y no calcula estimaciones quincenales -con IU y UPyD hicieron una excepción- cifraba el grado de ejecución de las cuentas vigentes en un 69 por ciento sobre el total presupuestado.