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El margen del pescado, para quien lo pesca

Las cofradías de los pequeños puertos reivindican la venta directa de las capturas en sus rulas y sopesan generalizar este tipo de comercialización

La tripulación de dos lanchas descarga las capturas del día en el puerto de Candás. Mónica G. Salas

La revolución ha llegado a la comercialización de pescado en Asturias y todo parece indicar que viene, además, para quedarse. La iniciativa de la Cofradía de Pescadores de Candás de aprovechar un supuesto resquicio normativo para vender pescado de forma directa a los consumidores en la rula de la localidad ha generado un seísmo comercial del que no dejan de producirse réplicas. Los intermediarios y minoristas de pescado asturianos han desenterrado el hacha de guerra por lo que interpretan como una competencia desleal y mantienen un boicot comercial sobre los barcos que abastecen los mostradores de la polémica pescadería candasina. La Dirección General de Pesca alienta esta nueva fórmula de comercialización del pescado. Y en pleno cruce de acusaciones, los pescadores de los puertos más pequeños de la región se quieren apuntar a este sistema, que, según dicen, mejora sus ganancias debido a la eliminación de eslabones de la cadena comercial.

Según un sondeo que realizó LA NUEVA ESPAÑA en las 19 localidades asturianas donde hay rulas o cofradías de pescadores, sólo en Avilés, Gijón y Llanes (los puertos más notables desde el punto de vista pesquero) existe un rechazo manifiesto a la venta directa de pescado. El patrón mayor de Lastres se manifiesta "indiferente" y los de Luanco y Bañugues prefirieron abstenerse de opinar "para evitar conflictos". Los demás, a favor. Además, de las cofradías favorables a la idea de vender pescado en sus rulas de forma directa a los consumidores finales, una -la de Tazones-, ya tiene en marcha los trámites para abrir un despacho de pescado y seis no descartan iniciarlos próximamente; sólo hay tres pequeños puertos (Puerto Vega, Luarca y Lastres) donde sus respectivas cofradías aseguran que no tienen previsto abrir pescadería. Así las cosas, de las 19 cofradías existentes en Asturias, bastantes más de la mitad son proclives a poner en marcha un sistema de venta de pescado tan controvertido como aparentemente rentable para los pescadores.

José Ángel Gutiérrez, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Candás, la villa donde se originó este maremoto comercial, asegura que el balance del año y medio de vida del negocio es "bueno". En este sentido y tras las últimas denuncias formuladas por parte de la Asociación de Minoristas de Pescado del Principado (Asempa), que califica de "práctica ilegal" la venta directa de pescado a los consumidores en la lonja candasina, Gutiérrez reivindica el derecho que tienen los pescadores a comercializar su producto sin intermediarios. Además, Gutiérrez invoca la existencia de una normativa de la Unión Europea -en vías de ser traspuesta a España- que abre las puertas a la venta directa de pescado en los pequeños puertos y con ciertas limitaciones.

El patrón mayor de la Cofradía "Virgen de Guía" de Ribadesella, Manuel Buenaga, es uno de los que están a favor de la venta directa de pescado al consumidor y a los hosteleros en las rulas, pues según afirma les beneficia la ausencia de intermediarios. El beneficio, añade Buenaga, es económico. El patrón explica que "hay ciertos pescados que en la rula no tiene valor ninguno, pero que luego en la pescadería de al lado se venden un dos mil por ciento más caros. Lo que queremos los pescadores es sacar un poco más de tajada a esos peces", apunta. En la cofradía riosellana llevan un año aproximadamente barajando la idea de iniciar los trámites para abrir pescadería, aunque el patrón señala que, de momento, esperarán "a ver qué camino toma esto y si algunos distribuidores se dan cuenta de que no lo hacemos para fastidiar a nadie, sino para impedir que nos fastidien a nosotros".

El también patrón mayor, pero en la cofradía "Santa María de Sábada" de Lastres, Julián Fernández, asegura que no está "ni de acuerdo ni en desacuerdo", pero descarta aplicar esta novedad comercial en su lonja. Explica que los fresqueros que compran en la rula lastrina, por ejemplo, "son los clientes de todos los días, los que nos sacan el producto adelante, y su presencia es incompatible con la de la venta directa a particulares y hosteleros. No puedes tener las dos fórmulas, son inviables", añade.

El patrón lastrín destaca que si un particular compra directamente en la rula escogerá los ejemplares de mayor tamaño y quedarían los pequeños y medianos sin vender, mientras que un fresquero "se lo lleva todo". Fernández asegura que no está en contra de la fórmula de la pescadería, pero la ve más adecuada para "cofradías que sólo tengan un comprador o dos". A su juicio, el establecimiento de una pescadería en la lonja implicaría que "moralmente no lo estaríamos haciendo bien y económicamente dudo que compensase".

José Antonio Rodríguez Méndez, patrón mayor de Luarca, dice entender que la venta directa sea interesante para las cofradías pequeñas, pero la descarta en las de cierto tamaño, como la suya: "No me imagino llegar a la cofradía y andar vendiendo las capturas a razón de medio kilo de chicharro o merluzas por unidades. Además, no creo que eso diera mucho dinero. Aquí, ni nos lo planteamos".

Adolfo García Méndez, patrón mayor de Puerto Vega, descarta implantar en la rula de la localidad la venta directa porque es consciente de que los días que hubiese mucho pescado no tendría salida "y los mayoristas, además, podrían enfadarse; si un día logramos vender a la gente del pueblo toda la mercancía y un comprador se queda sin material, ¿acaso volvería al día siguiente? Seguro que no. Por eso, nuestra cofradía de momento no se plantea abrir pescadería alguna".

El patrón mayor de Cudillero, Salvador Marqués Fernández, no se moja: "No soy ni favorable ni desfavorable. Ahora bien, si la ley permite la venta directa de pescado, por qué no". Y añade que "podría ser positivo para la cofradía porque es una línea más de negocio, pero en el caso de montar una pescadería debemos hacerlo en igualdad de condiciones que cualquier otro empresario".

La Cofradía de Pescadores de Tapia es favorable, a priori, a la venta directa de pescado, si bien el patrón mayor, Rodrigo Maseda, precisa que no se han iniciado los trámites para solicitarlo ni tampoco se habló del tema en profundidad: "Es un asunto delicado que hay que tratar bien porque no nos interesa tirar piedras contra nuestro propio tejado. No se podría poner una pescadería al uso porque no conviene ir en contra de las pescaderías de la zona". No obstante, Maseda asegura que la opinión general de los pescadores es positiva y cuando se comentó, sin tratarlo en profundidad, a nadie le pareció mal la posibilidad.

Similar es la postura de los marineros de la Cofradía de Figueras. El patrón mayor, Juan Luis Fernández, considera que la medida es positiva y sería beneficiosa para los pescadores, especialmente en una cofradía pequeña como la de Figueras. Además, el pueblo carece actualmente de pescadería, por lo que podría ser un aliciente para los vecinos. No obstante, no han iniciado trámite alguno al respecto.

En la Cofradía de Viavélez (El Franco) se muestran decididamente a favor de una medida que llevan solicitando hace años. "Nos interesa mucho poder vender directamente, no tanto por los beneficios para el marinero como por el pueblo. Aquí viene mucha gente de visita, ve llegar los barcos y dice que quisiera poder comprar. Creo que sería positivo para todos", destaca el patrón mayor, Carlos Bedia, quien no se refiere a la apertura de un despacho directo, como hizo Candás, sino a que los propios marineros puedan vender a los consumidores desde el barco.

Julio Blanco Álvarez, patrón de Ortiguera, apoya la venta directa: "Cuanto más demanda tengamos en un momento como éste de crisis, mejor para nosotros. Además, sería positivo para la cofradía, porque a más ventas, más mercado, más ganancias y más ánimo para el pescador". Jesús Peñil, presidente de la cofradía pesquera de Bustio, ve "complicado" poner en marcha una pescadería en la rula, pero asegura ser favorable a la idea. "Los intermediarios tienen la sartén por el mango, pero en el caso de poder venderlo directamente a la gente en la rula, el pescado valdría más".

Ángel Batalla, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Llanes, pone una nota discordante. "Aquí en Llanes sería inviable abrir una pescadería en la rula debido al gran volumen de pescado de manejamos (600.000 kilos al año). Eso estaría bien, en todo caso, para cofradías pequeñas que capturan veinte o treinta mil kilos al año, pero no para cofradías grandes. Y aun así, hay que ser razonables; en verano es muy fácil vender el pescado, pero por el invierno ¿a quién se lo venderíamos si no es a los intermediarios?".

El patrón mayor de Candás, José Ángel Gutiérrez, pionero en la comercialización directa de pescado, se ratifica en sus planteamientos: "Este sistema nos da el doble de ganancias por nuestro trabajo. No hay mucho más que decir".

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