La temida avispa asiática ("Vespa velutina nigritorax"), especie invasora procedente de Francia que se alimenta de abejas y diezma las colmenas, podría haber plantado sus aguijones en Asturias, según sospechan varios apicultores, preocupados por el avance de los insectos, asentados ya en el País Vasco, Cantabria y Galicia. La denuncia llegó el pasado jueves de César del Río, un apicultor de La Regla de Perandones (Cangas del Narcea), que ha advertido de la presencia de enjambres en la Sierra de Castaneo. "En la rama de un castaño, a unos 15 metros del suelo vi un nido muy raro. Le tiré una piedra y cayo al suelo, relata el hombre.

Su sorpresa fue mayúscula cuando vio que dentro había una enorme avispa muerta "tres veces más grande que las abejas de la zona", señala. Las celdas del nido estaban hechas en horizontal "como las de las asiáticas", explica. Le sorprendió el tacto, con suavidad de seda y la carcasa del nido, compuesta de varias capas.

Del Río, como otros colegas de la zona, lleva tiempo oyendo hablar de la amenaza que supone la avispa asiática tanto para las colmenas como para la salud pública. En septiembre de 2012, vecinos de Colunga y Colombres alertaron sobre la presencia de velutinas, pero no hubo confirmación oficial. "Lo que yo quiero es poner este hallazgo en conocimiento de la administración regional, porque es probable que aún estemos a tiempo de erradicar el problema", indica ahora este apicultor. Por si acaso, guarda el nido en casa. Cada vez que lo mira se imagina el aguijón de siete milímetros con el que la velutina reduce a sus víctimas. "Un traje convencional de apicultor, como el mío, no resistiría la picadura", sostiene.

Tras llegar en 2004 a Burdeos en un barco de carga, la avispa entró en España por Irún, en 2010. Mide entre tres y cuatro centímetros y es de mayor tamaño que la abeja común. Se alimenta de abejas autóctonas y es muy agresiva con el ganado. Además, tiene fama de tener una picadura potente.