Asturias tiene muchos pensionistas por razones demográficas y muchas pensiones muy altas por motivos económicos. Es en parte por eso que en el balance de ingresos y gastos tributarios de las comunidades autónomas, recién divulgado por el Ministerio de Hacienda, figura con superávit. Se diría que en la disección de lo que el Principado aporta y recibe pesan sobre todo las prestaciones sociales. Pero que además pesan tanto por su número como por su volumen, de modo que una sociedad envejecida, con cada vez más pensionistas y además muchos prejubilados de alta cotización y sueldos elevados configura una mezcla demográfico-económica que desemboca en el saldo tributario positivo que asignan al Principado las balanzas fiscales.

El economista asturiano Ángel de la Fuente, uno de los autores del informe que desglosa las "cuentas territorializadas", analiza así los datos de Asturias, la tercera comunidad que más dinero recibe del Estado y la sexta que más aporta, con un superávit en el intercambio de salidas y entradas tributarias de 1.666 millones de euros. Detrás de la cifra, De la Fuente encuentra sobre "dos factores: que hay muchas pensiones por la población muy envejecida, y que además son en general muy altas" por efecto del peso que tuvieron y tienen sobre la economía asturiana sectores con cotizaciones y sueldos elevados y, como consecuencia, con algunas prejubilaciones de volúmenes igualmente abundantes. Los jubilados asturianos son muchos y cobran en algún caso prestaciones altas por haber cotizado abundantemente durante su etapa laboral activa. He ahí algunos de los motivos capaces de explicar el desfase, aunque Ángel de la Fuente se ha esforzado en aclarar que las balanzas fiscales no son el instrumento adecuado para valorar la supuesta falta de equidad que aqueja al sistema de reparto de los fondos públicos en España.

La pensión no discrimina

El economista anima a valorar que los saldos fiscales engloban partidas de gasto e ingreso estatal que unas veces "siguen una lógica territorial, pero otras no". En su estudio se consideran variables como el reparto de la financiación autonómica, pero también la inversión en infraestructuras o servicios y el gasto en protección social, esa partida en la que Asturias le cuesta al Estado, según constata el informe, más que ninguna otra región española, algo más de 5.000 euros por habitante. Pero en una región con las características de ésta no cabría hablar de privilegios por el hecho de tener en su intercambio fiscal con el Estado un saldo positivo achacable sobre todo a la entidad de sus ingresos por pensiones. Éstos se cobran igual independientemente de la comunidad autónoma en que se viva, por lo que no justifican ninguna discriminación.

Para evitar el error y tratar de afinar el análisis, Ángel de la Fuente y sus colegas Ramón Barberán y Ezequiel Uriel incluyen en su estudio el concepto de "gasto territorializable". Se define como aquél que sólo tiene en cuenta las partidas que sufragan servicios a los que acceden estrictamente los habitantes de un territorio determinado por el hecho de serlo y es por tanto el indicador más ajustado para detectar discriminaciones de reparto financiero entre comunidades autónomas. En esta clasificación más ajustada territorialmente del saldo entre ingresos y gastos, Asturias sigue presentando un resultado positivo, un superávit fiscal cifrado esta vez en 304 millones de euros, 282 euros por habitante que sitúan al Principado, en términos relativos a su población, por detrás de seis regiones supuestamente más favorecidas: Aragón, Castilla y León, Extremadura, Navarra, País Vasco y La Rioja. Si esta lista se compara con la confeccionada en números absolutos, sin desagregar ninguna partida -en la que Asturias es la tercera comunidad con el saldo positivo más alto por ciudadano- se percibiría que la supuesta sobrefinanciación de la región no es tan achacable como parecía en un principio a la estricta distribución del gasto público entre territorios.

Antes de llegar a ese nivel de finura estadística, no obstante, el informe había reparado ya en el peso que las pensiones y el envejecimiento tienen en el superávit fiscal de Asturias. De hecho, el análisis confirma que el Principado es la región española que recibe más dinero en concepto de "protección social". Esa partida, que engloba prestaciones de distinta índole en una amplia diversidad que va de las pensiones a los subsidios de desempleo, implica un gasto para las arcas del Estado de 5.048,70 euros por asturiano. Es un nivel que no alcanza ninguna otra comunidad, porque de las demás únicamente el País Vasco rebasa los 4.000. Si se desmenuza esa cifra, se percibe que de los principales capítulos que abarca esta sección del gasto Asturias es más gravosa en pensiones contributivas de la Seguridad Social que en prestaciones de desempleo, toda vez que en el primer capítulo figura asimismo a la cabeza de España en coste por ciudadano, con 3.682,6 euros.