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"Por producir más no se va a ganar más", asegura Iván Álvarez

Iván Álvarez. M. G. SALAS

El sueño de Adrián Iglesias, de 27 años y responsable de la ganadería Iglesias, en Villayo (Santa Cruz de Llanera), es bien diferente. En ningún momento se le ha pasado por la cabeza aumentar su producción. Afirma que no tiene medios y descarta hacer cualquier tipo de inversión, por menor que sea. Pero, por si tenía dudas, ayer por la mañana recibió el nuevo contrato de la empresa a la que suministra, que contempla penalizaciones en el caso de que produjese más de la cuenta. "En la carta, la compañía indica que sólo recogerán los litros que veníamos vendiendo en los últimos años, es decir, unos 350.000 anuales. Si nos pasamos, entonces nos pagarán nueve céntimos menos por cada litro. Así, no compensa", dice. Iglesias tampoco se plantea vender el excedente a otra empresa. "Eso no tiene cabida", añade.

Su caso viene a confirmar la situación que muchos expertos de la región ya auguraban: no hay cuotas, pero serán las industrias las que regulen el sector. Algunas ya lo están haciendo. Por el momento, Central Lechera Asturiana no ha notificado nada a sus socios, entre ellos, Iván Álvarez, de 39 años y responsable junto a su hermano Pablo de la ganadería Álvarez, en Posada de Llanera. Su explotación tiene ahora mismo 130 reses y el número se mantendrá en los próximos meses. "¿Cómo vamos a intentar producir más si ya estamos al límite", se pregunta el profesional llanerense. "Una persona con dos dedos de frente ni se lo plantearía. Por producir más, no se va a ganar más. Y quien piense así está equivocado. Porque para ello hay que comprar más vacas y forrajes, meter más mano de obra, ampliar las instalaciones... ¿Y todo ese dinero de dónde lo sacamos?", agrega.

Álvarez, muy crítico con quienes plantean aumentar sus ganaderías, afirma que incrementar la producción es "tirar piedras contra su propio tejado". Y se explica: "Cuanta más leche haya en el mercado, más bajos estarán los precios. Y eso es perjudicial para todos. Aquí el problema ya no es sólo que unos puedan ir a pique, sino que nos pueden arrastrar a todos". De todas formas, opina que, aunque el gallinero esté revuelto los primeros meses, luego "cada uno acabará poniéndose en su sitio". Eso sí, quienes tengan deudas pendientes, que se olviden de ver una luz al final del túnel. "Esos están caput", apunta.

Tanto Adrián Iglesias como Iván Álvarez son conscientes de que el nuevo sistema traerá consigo una invasión de leche extranjera a los supermercados. Sin embargo, creen que "no hay nada que hacer". "Eso no tiene ninguna solución. Estamos en un mercado libre y ahora puede entrar en nuestro país cualquier leche", valora Álvarez. Este empresario cree que la propuesta que hicieron algunos ganaderos de crear una marca que identifique al producto español en las tiendas no funcionaría. "¿Quién lo impulsaría? Porque yo creo que a las propias empresas no les interesaría. Si pueden comprar leche más barata de otros sitios, lo van a hacer. Además, hay marcas que te están vendiendo que un determinado producto es español y al final viene de fuera", razona.

Lo mismo opina Iglesias, que considera además que una marca solamente española no garantizaría que el ciudadano consumiese el producto nacional. "Cuando la economía está mal, como ahora, la población tira por las marcas blancas, que son de leche extranjera. Pero contra eso no se puede hacer nada", reconoce. Ahora sólo queda esperar y capear el temporal "como podamos". Los próximos meses serán decisivos.

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