Saint-Gobain Cristalería para la línea 4 de parabrisas en Avilés: "No volverá a arrancar"

La asamblea se reúne tras la manifestación y marca el paso al comité: sólo aceptarán reducir personal con prejubilaciones voluntarias

Concentración de trabajadores de Saint-Gobain Cristalería, ayer, delante de la fábrica de La Maruca. | Luisma Murias

Concentración de trabajadores de Saint-Gobain Cristalería, ayer, delante de la fábrica de La Maruca. | Luisma Murias / Saúl Fernández

Saúl Fernández

Saúl Fernández

La multinacional Saint-Gobain Cristalería mandó parar ayer por la mañana la línea 4 del departamento de parabrisas de su planta avilesina. "No se volverá a arrancar", señalaron desde la empresa.

Lo que supone esta decisión es que en torno a 36 personas del negocio de automóvil cuya viabilidad ha puesto en duda la compañía se han quedado sin actividad una semana antes del final previsto del período de consultas (el tiempo reservado oficialmente para que la empresa negocie con sus trabajadores el cese de producción del Sekurit asturiano) del expediente de regulación de empleo por extinción de contratos (ERE).

La parada de la línea 4 –en el área de parabrisas hay dos: a la 4 se suma la 5, la primera sólo hace parabrisas mientras que la segunda, la que todavía está activa, fabrica parabrisas y techos– coincide con el inicio de la huelga indefenida que está señalado para el lunes de la semana que viene. Es decir, a partir del lunes esa línea no iba a producir, pero porque los trabajadores iban parar. La empresa ha adelantado el final que presume que se tomará cuerpo el día 24. La compañía sigue transmitiendo la misma idea: con acuerdo o sin acuerdo, el viernes de la semana próxima será el primero sin parabrisas en la planta avilesinas. En más de setenta años.

Esta decisión se ha materializado al final de una semana movida en las instalaciones: el viaje relámpago a La Maruca de la Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, la prohibición de la compañía a que se viera con el comité de empresa en las instalaciones del complejo industrial. Y la gran manifestación del jueves: que contó con la presencia de cinco alcaldes de la comarca (Avilés, Castrillón, Corvera, Illas y Gozón) y el eurodiputado Jonás Fernández. Los trabajadores echaron de menos, eso sí, a algún representante de la administración regional (el Presidente y la Consejera de Transición estaban de viaje, "pero hay más gente en el Principado", señalaron a este periódico).

Esta manifestación –la satisfacción de saber que los trabajadores cuentan con el apoyo de los ciudadanos de la comarca y asimismo del tejido asociativo más activo– fue un asunto clave a analizar durante la asamblea de trabajadores que se desarrolló ayer pasadas las 13.00 horas en la fábrica de vidrio de Avilés.

La asamblea volvió a marcar los pasos que el comité tiene que dar en la negociación: pese a que la compañía considere que el plan de viabilidad –en sus diferentes versiones– que defienden los trabajadores no sea óptimo, es la línea maestra sobre el que se ha de cimentar la negociación (los amenazados con el despido masivo siguen creyendo que los motivos para el ERE están lejos de la realidad). Esto no quiere decir que los negociadores de la parte social se encastillen para aguantar un cerco. La asamblea defiende –desde la semana pasada, al menos, tal y como viene contando este periódico– aceptar el plan social de la empresa, pero sólo en lo que se refiere a lo prejubilados (los de la línea de Sekurit, por un lado, y los de Glass, por otro, estos, además sólo de manera voluntaria). Los trabajadores están convencidos de que reducir el personal en parabrisas por este camino iba a dejar liberado de problemas el departamento de parabrisas.

La empresa, sin embargo, considera que es hora de negociar el plan social en sus últimas consecuencias: 120 de sus trabajadores dejarán la compañía este viernes.

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