El peso de las pensiones y de las prestaciones sociales ha resultado fundamental para que Asturias se encuentre entre las provincias que resisten mejor a la crisis, según un estudio realizado por expertos del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el que se identifican en un atlas las regiones que se han mostrado más o menos vulnerables a los efectos de la depresión económica. El Principado se encuentra entre estas últimas, una vez analizados más de 23 indicadores. Además, pese al declive y al envejecimiento demográfico del Noroeste, también figuran Zamora, Lugo, Orense o Badajoz entre las provincias que el informe califica como "vencedoras". "Se vieron poco implicadas en el crecimiento de la burbuja inmobiliaria y su posterior pinchazo, con un empleo público que las protegió en los inicios de la crisis", afirman los expertos para explicar esta aparente paradoja.

La España menos vulnerable a la crisis se ubica en la fachada atlántica, en una línea imaginaria que va desde el País Vasco a Huelva. "De la tradicional divisoria Norte-Sur se pasa a una diferenciación entre un eje Atlántico, que se recupera, frente al Mediterráneo y a las islas, que se han debilitado, con Madrid en una situación intermedia", señala Ricardo Méndez, director del Instituto de Economía, Geografía y Demografía, dependiente del CSIC, que ha dirigido el estudio. Según explica, la crisis inmobiliaria y financiera afectó, sobre todo, al litoral mediterráneo y a las islas, por su especialización en construcción y servicios de consumo. "Siguen siendo las áreas que muestran mayores índices de vulnerabilidad", sostiene el experto, que también destacan el hecho de que "las políticas de austeridad difundieron sus negativos efectos a nuevos grupos sociales y a territorios poco afectados hasta entonces, como capitales administrativas y ciudades de servicios en regiones interiores".

Innovación y empleo

Frente a lo sucedido en el Mediterráneo, el estudio asegura que "la mayor diversidad productiva y su esfuerzo innovador" ha posibilitado que sean las ciudades y provincias del País Vasco las que mejor soportan la crisis, "junto a otras del litoral atlántico". Euskadi, subrayan los expertos del CSIC, es menos vulnerable por su capacidad para mantener "una industria renovada y cierta capacidad exportadora, base para localizar servicios empresariales avanzados que favorecen la innovación y generan puestos de trabajo de una mayor calidad".

Ocho de las diez localidades españolas que se han visto menos afectadas por los efectos de la crisis son del País Vasco. Curiosamente, en este ranking, liderado por Mondragón, Portugalete y Baracaldo, figura también la extremeña Villanueva de la Serena, junto a la coruñesa Narón. En el otro extremo de la balanza, Vall de Uxó, en Castellón, lidera la clasificación de "perdedores", según la terminología empleada en el estudio, seguida de Roquetas de Mar (Almería) y de El Vendrell (Tarragona).

Otra de las conclusiones llamativas del "Atlas de la crisis" es que en los últimos años se han ido intensificando los contrastes internos en las grandes aglomeraciones urbanas, donde "los efectos de la crisis y de las políticas de austeridad se concentraron en los núcleos con presencia de grupos más vulnerables".

Por lo que se refiere a las dos grandes ciudades del país, Madrid se ha mostrado más vulnerable que Barcelona, aunque su provincia mostró un mejor comportamiento que la de la capital catalana.

Tras analizar indicadores de tipo económico-laborales, socio-demográficos o inmobiliarios, así como los resultados en todas las localidades españolas que cuentan con más de 20.000 vecinos, el informe del CSIC concluye que Asturias tiene un índice de vulnerabilidad frente a la crisis económica de -0,33, lo que la sitúa en la franja de las afectadas de una forma "baja", junto a provincias vecinas como Cantabria o León.

Vall d´Uxó, la localidad "perdedora" por excelencia, obtiene una puntuación de 1,57, mientras que la "ganadora" Mondragón logra -1,57.