Se especula con dos predicciones sobre el crecimiento de la población mundial a partir del año 2050: entre 9.000 millones de bocas que habrá en esa fecha y los 10.800 en el año 2100 incluso con crecimiento cero o negativo, que son las "optimistas", hasta los 15.000 millones, y a partir de ahí, a bajar la población. Da igual. Nos estabilicemos en 9.000, bajemos a los 6.000 o subamos a 15.000 o más, somos demasiados. Guerreros y codiciosos. Sobreexplotamos los recursos de los que disponemos. Incluso de los que carecemos.

A lo que voy. Da igual que el cambio climático no nos funda. Da lo mismo si es por causa del hombre o no. Resulta indiferente que el Tercer Mundo se muera de hambre o no. Al final no tendremos alimento para nadie. Agotaremos lo básico: el condumio, la jama, la manduca, la buchaca, el bocata. Colapsaremos. Vamos despidiéndonos, hermanos y demás familia. Exhalemos las últimas bocanadas de aire, porque no vamos a tener para comer. Eso sí. Sólo pido que antes de que acabemos comiéndonos las uñas de los cadáveres de nuestros padres, concedan la independencia a Junt Pel Sí, con Artur Mas a la cabeza. Una cosa es morir de hambre y otra, en el ominoso Estado español. Faltaría Mas.