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Costa: "Me crezco ante la adversidad, lo mío fue emprender a contracorriente"

El catedrático de Química Física presenta como aval de su candidatura las cuatro "spin off" que impulsó: "Para mí son como otros cuatro hijos"

El catedrático Agustín Costa, en una zona de trabajo de los laboratorios de su grupo de investigación. IRMA COLLÍN

"Decidí presentarme porque ninguno de los otros candidatos representaba la Universidad que yo estoy viviendo y sintiendo y que es lo que tiene que ser la Universidad de Oviedo". Agustín Costa, catedrático del departamento de Química Física y Analítica, está convencido que su aportación a la institución académica puede ser muy importante. "No tengo ni tenía intención de ocupar la cátedra rectoral", asume pero entendía que con una experiencia "que nadie tiene" como la suya de emprender desde la Universidad, hacía falta aportar otro punto de vista a la institución.

Cuando tomó la decisión de presentarse a las próximas elecciones a Rector la primera reacción en la familia fue la de "por qué te metes en estos líos, si estás bien como estás" pero Costa que suma entre sus méritos científicos la dirección de 22 tesis doctorales, 27 seminarios de investigación, 30 tesinas de licenciatura y 7 proyectos fin de máster, siendo investigador principal de 24 proyectos y coautor de 15 patentes está convencido de la aportación que representa el salto de la investigación básica a la aplicada para que los universitarios puedan emprender, crear riqueza y empleo. "Trataré de convencer que esa es la aportación que necesita nuestra Universidad", opina Costa, (Meres, Siero 1949), quien no duda en expresar en voz alta su deseo. "Me gustaría verme como el próximo rector de la Universidad de Oviedo por la experiencia que he acumulado", insiste. Con los otros tres candidatos no se siente contrincante, "llamémosles compañeros", precisa.

"Siempre me he sentido incómodo en la comodidad; cuando las cosas van bien es como si te exigiera más", reconoce sobre el reto en el que se ha embarcado. Poner en marcha cuatro "spin off" universitarias (iniciativas empresariales promovidas por miembros de la comunidad académica, que se caracterizan por basar su actividad en la explotación de nuevos procesos, productos o servicios a partir del conocimiento adquirido en la propia Universidad) supuso, en su caso, "un esfuerzo adicional donde nadie me ayudaba, ni siquiera la institución a la que represento", arguye. Lo suyo fue "emprender a contracorriente y en situaciones de crisis; también me llevé algún que otro disgusto pero mi virtud es la crecerme ante la adversidad". La primera de las empresas, DropSens, "es la que haces con más ilusión y con más ganas e ímpetu, te marca. Y ver que hoy es una empresa de éxito te llena de orgullo". Esas cuatro empresas que impulsó son para él "como otros cuatro hijos; cuatro entes vivos que han salido de tus manos". Paradójicamente, de entre sus hijos biológicos ninguno optó por la carrera investigadora. "Uno de ellos es cocinero, la segunda música, otro topógrafo y la última, educadora social", detalla.

El catedrático de Química Física y Analítica, vecino de despacho de otro candidato al rectorado, Santiago García Granda, es un firme convencido también de la aportación de la investigación científica para resolver problemas de interés social. En la actualidad dirige el grupo de investigación de NanoBioanálisis en el que se integran más de cuarenta investigadores de distinta formación y procedencia. Ha publicado 194 artículos científicos, recibió dos premios de investigación por el Colegio Oficial de Químicos de Asturias y León. Por el camino, reconoce, "ha habido algunas decepciones, que quedan en la sombra" y también admite que ha habido personas en este tiempo en la Universidad que le han decepcionado "pero con esfuerzo y constancia todo se supera; al final terminas amando lo que hacer aunque te suponga un esfuerzo". Del otro lado, de lo positivo de la Universidad se queda con "los agradecimientos", que han sido muchos. El más emotivo fue el que recogió en una carta un alumno recién licenciado. "Mi jefe entonces Siro Arribas me dijo, guardalo porque no habrá otro que te escriba una carta igual, y así fue", cuenta.

Otra de las anécdotas de la vida académica que más le satisface es cuando "universidades como Harvard compran tus productos; eso significa que las empresas que han salido de tus manos han hecho mercado por todo el mundo", destaca al tiempo que llama la atención sobre el ejemplo que representa la Universidad de Oviedo en el exterior. "Tenemos un profesorado de excelencia, muy competente y pese a todas las deficiencias bastante motivado", concluye.

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