Un grupo de jóvenes entró en el pub Mercury de la calle Marqués Casa Valdés, en Gijón, en la madrugada del 30 de agosto de 1992. Tras tomarse unas cuantas copas, abandonaron el local sin abonar las mil pesetas que debían. El camarero, Miguel Requejo, salió tras ellos y les dio alcance en el cruce de Menéndez Valdés con Casimiro Velasco. Una vez allí, se produjo un forcejeo y uno de los jóvenes, el gijonés José Manuel M. M., a punto de cumplir 21 años, le clavó un estilete en la axila. El metal le segó la vida sin remedio, puesto que hizo un recorrido de 20 centímetros en el interior de su cuerpo. Por aquel crimen, José Manuel M. M. fue condenado por la sección tercera de la Audiencia Provincial a una pena de 18 años de cárcel, en septiembre de 1993. Veintitrés años después, el próximo jueves, José Manuel M. M. regresa a la sección tercera de la Audiencia, esta vez para responder de un delito de violación del que fue víctima una vecina de una parroquia de Piloña en mayo del año pasado. El fiscal pide para él una condena de ocho años de cárcel, diez de alejamiento y otros ocho de libertad vigilada.

José Manuel M. M. cumplió su condena (con sus beneficios de reducción) por el homicidio del pub Mercury, pero en 2009 volvió a ser condenado por un robo con violencia a cuatro años y medio de prisión. Los hechos que se juzgan el jueves que viene en la Audiencia se produjeron el 3 de mayo de 2015. Al parecer, el hombre trabó contacto con la víctima, de mediana edad, con la excusa de pedir un vaso de agua, a la puerta de su casa.

Tras hablar durante unos diez minutos, el acusado propuso a la mujer que le invitara a pasar y tomar un café. La mujer se negó, pero de inmediato se lanzó sobre ella y le pidió que le diera un beso. La mujer logró refugiarse en casa y cerrar la parte inferior de la puerta.

Breve persecución

Según el ministerio público, el acusado introdujo medio cuerpo por la parte superior de la puerta y abrió el pestillo. La víctima salió corriendo de la casa y echó a correr, pero José Manuel M. M. logró alcanzarla a unos cien metros, la tiró al suelo y la agredió sexualmente. Aparte de la pena de cárcel, el fiscal pide, en concepto de responsabilidad civil, el pago de una indemnización de 160 euros por las lesiones sufridas por la mujer, y otros 30.000 por los daños morales.