Las cuentas incluyen, confirmó la Consejera, "una única medida fiscal" sustanciada en la corrección del error de salto y la elevación a 200.000 euros del mínimo exento del impuesto de sucesiones. Plantea esa reforma como el fruto del esfuerzo por buscar el justo medio entre las propuestas fiscales de la oposición, pero ayer no encontró asentimiento ni en Podemos, que pide otras correcciones más ambiciosas vinculadas "al patrimonio preexistente", ni en IU, que ve "excesiva" la nueva frontera del exento, ni en el PP, que reclama con toda la reiteración posible la supresión "para herederos forzosos". "Hemos calculado que la incidencia de esa eliminación equivale al 0,8 por ciento de un presupuesto de más de 4.000 millones", afirma Mercedes Fernández. "Si un gobierno soportado en 14 escaños no está siquiera dispuesto a discutir eso, quiere decir que no quiere tener presupuestos", lamenta.

No fueron menos benévolos los interlocutores de izquierdas que ha tenido el Gobierno en las semanas previas a esta entrada poco triunfal de su proyecto en la Junta. Podemos mantiene abiertas todas las opciones, incluida la enmienda a la totalidad, mientras su portavoz, Emilio León, invoca "la sensación de que estos presupuestos están pensados más para facilitar una abstención del PP que un apoyo de cualquier fuerza progresista". "El PSOE no ha querido afrontar el problema principal, los ingresos", resalta el diputado.

Gaspar Llamazares (IU) pone a los suyos en disposición de "dialogar hasta el último minuto" después de reiterar que su grupo mantiene "reticencias y diferencias de fondo en materia de ingresos". Lo demás es la persistencia de Foro en el decálogo de medidas que ha presentado al Gobierno y la condición de Ciudadanos de "estudiar" el proyecto antes de decidir si repite enmienda a la totalidad.

La guerra del pleno

Los grupos, por lo demás, también se enzarzaron ayer antes de rechazar, entre sonoras críticas de la derecha, que haya pleno esta semana. La Junta de Portavoces encontró otro punto de fricción a cuenta de si la entrada en el parlamento del proyecto de presupuestos debe detener ya la actividad ordinaria de la cámara. PP y Foro eran partidarios del pleno, pero los votos de PSOE e IU y las abstenciones de Podemos y C's hicieron decaer esa propuesta.