"Íñigo de la Serna tiene la oportunidad de ser un Ministro reconocido y apreciado en nuestra tierra, pero es necesario que rompa con su herencia, que se comprometa políticamente con el Principado y que lo demuestre con palabras, pero también con hechos". Así afronta la consejera de Infraestructuras, Belén Fernández, en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, la visita que realizará este miércoles a Asturias el nuevo titular de Fomento para analizar con el presidente autonómico, Javier Fernández, la situación de las obras pendientes en la región.

La culminación de la variante de Pajares y de la Autovía del Suroccidente, la recuperación de la Autovía del Mar entre Gijón y Nantes y un plan para relanzar las cercanías ferroviarias son las "prioridades" que Javier Fernández pondrá sobre la mesa en el encuentro con el sucesor de Ana Pastor al frente de Fomento, según han confirmado a este diario fuentes de la Administración regional. "Espero que esa reunión sea el preludio de un tiempo nuevo y distinto, el de avances en las infraestructuras que ayuden al progreso de Asturias, para lo que De la Serna tendrá nuestro apoyo y leal colaboración desde el primer día", subraya Belén Fernández, que pone al nuevo Ministro el "desafío" de "ganarse la confianza de los asturianos, a los que, después de varios años de parálisis e incumplimientos del PP con las infraestructuras estratégicas de Asturias, les cuesta creer que las cosas van a cambiar".

Desatascar la Variante es el principal objetivo de la reunión con De la Serna y la absoluta prioridad en la que coinciden todas las fuerzas políticas y sociales asturianas para las infraestructuras de la región. Con una inversión de 3.500 millones de euros, la actuación se encuentra prácticamente paralizada desde hace un año, debido a los graves problemas de inestabilidad de una ladera de las inmediaciones de Campomanes y a unos desencuentros económicos entre la constructora Dragados y el Adif que mantienen sin empezar siquiera la instalación de las vías en los algo más de veinte kilómetros de la vertiente asturiana del tendido. De acuerdo con los cálculos de los técnicos de Fomento en la etapa de Ana Pastor, la inversión necesaria para poner en servicio el primer túnel bajo la Cordillera rondaría los 250 millones de euros, aunque los numerosos problemas que se han presentado en los últimos meses en Pajares, entre ellos la necesidad de cambiar el proyecto para la ventilación de los grandes pasos subterráneos, permiten augurar que se incrementará un sobrecoste que en estos momentos supera los 1.600 millones de euros.

Con sus dos grandes túneles de 25 kilómetros perforados desde 2009, la Variante tiene la baza a favor de que es, junto al AVE de Galicia, la única actuación de infraestructuras que figura explícitamente en el acuerdo entre el PP y Ciudadanos para la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. El documento fija la entrada en servicio del tramo para el año que viene, plazo que los técnicos ven imposible de cumplir a la vista de que aún faltan por instalar las vías y las catenarias en la vertiente asturiana, los dispositivos de ventilación o los equipamientos de protección civil y seguridad. Además, el talud inestable de Campomanes sigue moviéndose y antes de que circulen los primeros trenes de pasajeros será necesario un periodo de pruebas y certificaciones que durará varios meses. A juicio de estos expertos, la Variante no está en disposición de ser inaugurada hasta finales de 2018 o comienzos de 2019. Por tanto, estiman que lo que debe intentar Javier Fernández en la reunión con De la Serna es arrancar un calendario realista y los compromisos presupuestarios necesarios para que se cumpla. Además, también animan al Presidente a que solicite al Ministro que promueva ante Bruselas la incorporación del eje Palencia-Gijón en el tronco central del Corredor Atlántico de la Unión Europea (UE), al considerarlo fundamental para el desarrollo de los puertos de Avilés y El Musel (Gijón), así como para recuperar la autopista del mar a Nantes o favorecer la creación de otras a Rotterdam o Dublín.

La conexión marítima de El Musel a Francia quedó fuera de la circulación en el mes de septiembre de 2014, después de que la compañía naviera LD Lines decidiera suspender el servicio alegando falta de rentabilidad, pese a que contaba con un notable índice de ocupación por parte de transportistas. La única oferta en firme para reanudar su actividad, otra de las prioridades que trasladará Javier Fernández al titular de Fomento en la reunión del miércoles, es la de la compañía Transportes Riva. El proyecto cuenta con la ventaja del respaldo económico de la UE.

Junto a la variante de Pajares y y la mejora de los accesos y de la conectividad de los puertos, la otra gran necesidad ferroviaria que planteará el presidente asturiano a De la Serna es la puesta en marcha de un plan para recuperar las cercanías, que llevan muchos años enfrascadas en una "sangría de pasajeros" que parece no tener fin, pese a que el Principado les otorga un papel central en las políticas de movilidad incluidas en su proyecto para el eje metropolitano. La situación es especialmente grave en la vía estrecha de la antigua Feve, que ha perdido la mitad de los 4 millones de viajeros que tenía hace una década y que cerrará este 2016 por debajo de los dos millones de usuarios. Además, sus líneas tienen pendiente la renovación como Obligación de Servicio Público (OSP). Es una declaración que obliga al Estado a mantenerlas abiertas por interés social, pese a su carácter deficitario, y sin la que la mayor parte de los trayectos estarían abocados al cierre.

Los estudios que maneja el Principado concluyen que las cercanías necesitan 1.500 millones de euros de inversión para funcionar como un metro del centro de Asturias. Renovar el parque móvil, mejorar unos trazados decimonónicos, racionalizar los horarios y potenciar los servicios directos entre las principales ciudades y villas son algunas de las claves a las que los expertos fían la recuperación de la red asturiana de proximidad, la más tupida de España pese a su escasa y decreciente utilización.

En el capítulo de carreteras, Javier Fernández tratará de comprometer a Íñigo de la Serna con la conclusión de la Autovía del Suroccidente y con su prolongación a León por Tineo, Cangas del Narcea y Degaña, para llegar a Ponferrada, alternativa que Ana Pastor excluyó de la planificación estatal de infraestructuras para los próximos años. La vía está abierta entre Oviedo y Doriga, pero tiene pendientes los tramos Doriga-Cornellana y Cornellana-Salas, y parado el de la segunda calzada de Salas a La Espina.

La previsión es que Doriga-Cornellana, de 2,3 kilómetros de longitud, pueda entrar en funcionamiento en junio de 2017. El tramo de Cornellana a Salas marcha mucho más retrasado, mientras que el proyecto para la segunda calzada hasta La Espina permanece paralizado desde que el Gobierno de Zapatero lo anulara dentro de los recortes provocados por la crisis.

La prolongación de la autovía hacia el Suroccidente hasta León fue presupuestada hace unos años por el Principado en 766 millones de euros. Incluía una autovía La Espina-Tineo-Cangas del Narcea, de 32 kilómetros de longitud; una vía rápida de Cangas del Narcea a Vega de Rengos, de 15,3 kilómetros, y una "vía verde" de salida a León por Degaña. Hacia la costa, llevar la autovía desde La Espina hasta Canero (Valdés), para que enlace allí con la Transcantábrica, costaría 192 millones de euros. Es la opción favorita del Ministerio de Fomento.