"No falsificábamos los documentos de identidad de los trabajadores, nos los daban ellos", indicaron ayer el dueño y dos empleados de Soluciones Higiénicas Asturianas (Cubo Express, la empresa que coloca y retira los cubos de basura en Oviedo y Llanera), acusados de contratar con identidad falsa a una docena de inmigrantes ilegales, en su mayor parte senegaleses, a quienes hacían trabajar en condiciones de abuso y explotación, siempre según la Fiscalía, que solicita tres años de cárcel para cada uno.

Como explicó un agente de Extranjería, el asunto se destapó después de que un trabajador sufriese un accidente el 25 de agosto de 2007. Estuvo año y medio en coma y finalmente murió. En su contrato figuraba una identidad. Pero cuando murió, un familiar dijo en la funeraria que se llamaba de otra forma. Los agentes tiraron del hilo y descubrieron que otro trabajador figuraba en la empresa con ese mismo nombre. Cuando irrumpieron en la empresa, en 2009, hallaron un nutrido grupo de trabajadores contratados bajo otra identidad.

Los acusados fueron negando una a una las acusaciones de la Fiscalía. Francisco Javier G. Á., el propietario de la empresa, aseguró que no pasaba por las oficinas y que los encargados eran Santiago José O. A. y Antonio F. M., los otros dos acusados. Jamás le informaron de que había trabajadores sin contrato, o contratos a nombre de otras personas. "Se les solicitaba el NIE y las tarjetas del INEM y la Seguridad Social. Además, se les facilitaba un uniforme de alta visibilidad, guantes y botas para evitar resbalones", indicó el empresario. En cuanto a la prevención de riesgos laborales, la tuvo contratada con varias empresas. ¿Se impartió? "Eso es cosa de la empresa de prevención", dijo.

Al final, el empresario admitió que tenía a trabajadores sin contratar. "Muchas veces, a las seis de la tarde, la hora a la que había que colocar los cubos, no había gente y se llamaba a alguien urgentemente y no se podían hacer los trámites ese día o en una semana", indicó. Negó un a y otra vez que hubiese racismo. Su defensa esgrimió incluso una fotografía de la cena de Navidad, en la que aparecían los africanos. "Se les trataba como al resto de trabajadores", dijo. En la nómina, añadió, figuraba una cifra, pero ellos luego cobraban más dinero.

Y negó que se obligase a los africanos a lavar los contenedores, un cometido que tenía uno de los encargados, también acusado, Santiago José O. A. (quien aseguró que ya no trabaja en Cubo Express, tras ser despedido por concurrir a las elecciones sindicales con CC OO).

Por el tenor de sus intervenciones, las defensas, a cargo de Miguel Simarro, Ana Boto y José Manuel Fernández González, sostienen que detrás de este asunto hay una trama por la que se facilita determinadas identidades a los trabajadores ilegales, con el fin de que puedan trabajar. Una de las defensas presentó una grabación en la que se escucha a alguno de los africanos admitiendo que había dado una falsa identidad. La acusación particular, a cargo de Gemma Arbesú, que solicita cuatro años, se opuso a incluir esa grabación. El juicio sigue mañana miércoles.