Oviedo se convertirá esta semana en la capital del movimiento crítico biomédico español. Durante los días 23 y 24 de noviembre se reunirán casi 200 personas procedentes de todo el Estado, profesionales sanitarios y activistas sociales, que debatirán sobre la situación de la sanidad pública y el sistema de I+D biomédico.

El sistema sanitario público español malgasta un 30% de su presupuesto en intervenciones sanitarias, medicamentos y tecnologías que no solo no aportan salud a enfermos y poblaciones sino que contribuyen a que la atención sanitaria sea una de las primeras causas de muerte y daño en los países occidentales

La medicalización de la vida, la invención y exageración de enfermedades, el sobrediagnóstico y el sobretratamiento o la manipulación comercial de la ciencia biomédica son algunas de las causas de esta ineficiencia y daño que serán analizadas durante las Jornadas.

Los participantes propondrán estrategias para reformar el sistema de innovación biomédico que en la actualidad desperdicia el 85% de sus recursos en investigación inútil, mal diseñada, no publicada o deficientemente difundida. Conflictos de interés, falta de transparencia, capacidad de influencia política de la industria farmacéutica, corrupción, ausencia de evaluación, mala priorización y desfinanciación de áreas como la atención primaria, recursos humanos o la salud pública, están en el origen de los problemas que serán abordados por expertos y activistas humanos.

Según la organización, la ciencia biomédica y la medicina y sus instituciones profesionales y académicas deben estar al servicio de la sociedad y los enfermos y no de los intereses económicos o gubernamentales. Y añaden que la salud -que es la capacidad de las personas para vivir una vida plena, dichosa y libre de miedos- está definida por valores y creencias personales "no por parámetros biométricos, la tecnociencia o los consensos de expertos". Según los impulsores de la jornada, "la salud y la enfermedad no son conceptos antagónicos. Se puede tener salud padeciendo enfermedades y que ésta no exista sin que se sufra enfermedad alguna si las personas viven con miedo, falta de libertad o la coacción de la pobreza".

La salud como capacidad requiere unas mínimas condiciones sociales, psicológicas y físicas para poder expresarse, que deben ser garantizadas por un estado que quiera ser llamado justo mediante políticas sanitarias y de salud (educación, medio ambiente, lucha contra el patriarcado, vivienda y empleo dignos, alimentación saludable, nuevo modelo energético, transporte activo o participación).