La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Profesor de Economía Aplicada, coordinador del Laboratorio de Análisis Económico Regional (Regiolab)

Fernando Rubiera Morollón: "El área central necesita ordenar el uso del suelo, involucrar a Sogepsa es un acierto"

"Entiendo que los ayuntamientos teman perder cuotas de poder, pero si hubiésemos pensado así siempre tal vez España no estaría en la UE"

Fernando Rubiera Morollón. IRMA COLLÍN

"La relevancia de un área metropolitana bien gobernada es algo que no se discute en el mundo académico ni en ningún lugar del planeta". Fernando Rubiera Morollón (Oviedo, 1972) no sale de su asombro al comprobar que en Asturias sí, que Asturias persevera y sigue discutiendo. Es economista, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Oviedo y especialista en economía regional y urbana, de alguna forma también "arquitecto" y "abogado defensor" del proyecto de ordenación del área central, en cuyas directrices colaboró a través del Laboratorio de Análisis Económico Regional (Regiolab), que él coordina. La reciente reanimación del plan del Principado para el centro urbano asturiano le encuentra en Chicago, en el Regional Economics Aplications Laboratory de la Universidad de Illinois, donde investiga desde el verano las repercusiones del crecimiento de las ciudades sobre su productividad, su capacidad creativa o su sostenibilidad medioambiental.

- El Principado resucita la operación área metropolitana cediendo la iniciativa a los ayuntamientos. ¿Mejor así?

-Los ayuntamientos tenían un protagonismo total en las tentativas previas. Creo que lo que ha mejorado es el modo de aproximarse y negociar del Gobierno del Principado, pero sería ridículo intentar desarrollar el área central sin dar máxima relevancia a sus entes principales, a los ayuntamientos.

- ¿Cuánto le asombra que cueste tanto hacer ver las ventajas del proyecto?

-No deja de asombrarme y de preocuparme. Continuamos indefinidamente detenidos en las fases preliminares mientras otras áreas metropolitanas se consolidan tanto en Europa como en algunos casos dentro de España. En Asturias, los indicadores económicos auguran un futuro cada vez mas nublado y el área metropolitana central no es la panacea, pero sí sería un buen punto de partida para intentar invertir tendencias.

- ¿Dónde han estado los errores?

-Sobre el papel, de un modo teórico, sigo creyendo que en 2016 el proyecto se inició del modo adecuado, diríamos que siguiendo una ruta "de libro". Primero es necesario tener ideas concretas, planes y proyectos específicos, saber qué se quiere hacer, dónde y cómo y explicar por qué. El primer paso en esa dirección era elaborar un amplio documento que sirviera de base para la discusión. La idea era mejorarlo en un proceso de debate y negociación hasta llegar a diseñar unas directrices consensuadas para el área central. El problema es que jamás se logró pasar de la primera fase. El proyecto se ahogó en la discusión preliminar. Aunque creo que era correcto trabajar sobre planes concretos, teniendo en cuenta las dinámicas políticas de la región la nueva estrategia puede ser más exitosa. Depende de la habilidad del Gobierno para poner en marcha proyectos que generen ventajas rápidamente visibles y para negociar con los múltiples y complejísimos intereses de distintos colectivos, gobiernos locales y partidos de la región.

- Gijón exige definir por ley la fisonomía y las competencias del área metropolitana. ¿Vale?

-En 2016 se intentó hacer algo parecido a eso y se criticó que toda la iniciativa arrancara del Gobierno del Principado en lugar de partir de los ayuntamientos. Ahora que se hace con un procedimiento más flexible se propone algo que básicamente es lo contrario. Entiendo que los ayuntamientos teman perder cuotas de poder, pero si hubiéramos pensado así siempre, España no estaría en la Unión Europea. Y aunque hoy en día la UE no tenga "buena prensa", lo mejor que le ha pasado a nuestro país fue formar parte de este proyecto.

- También plantean que la incorporación de los municipios sea voluntaria. ¿Sí?

-Puede funcionar. Si esa flexibilidad da más confianza para que esto arranque, bienvenida sea. Hay ayuntamientos cuya ausencia no es relevante, pero estaremos perdiendo el tiempo si no participan los esenciales, los que configuran el corazón del área central.

- Repitamos el esfuerzo pedagógico. ¿Cuál es la diferencia entre tener una aglomeración urbana integrada y seguir como hasta ahora?

-Temo que necesitaría más espacio del que se dispone para esta entrevista sólo para enumerar las ventajas de tener un área metropolitana bien integrada y gobernada y resumir los graves problemas que ya estamos sufriendo por no tenerla. Para no aburrir, propongo un ejercicio al lector. Tome un mapa de Europa. Dibuje sobre él dónde están las ciudades o áreas metropolitanas de más de medio millón de habitantes. Luego superponga sobre ese mapa otro donde se muestre dónde están las regiones más ricas y las más pobres. Se verá que hay una correlación perfecta entre las redes de grandes ciudades y las regiones más desarrolladas, sea cual sea el indicador de desarrollo que tome. Asturias se está quedando fuera de las grandes redes de transporte europeas y de las grandes inversiones empresariales. Eso ocurre por muchas razones, pero una de las principales es porque sólo las áreas metropolitanas que concentren un número mínimo de población, al menos medio millón de habitantes, tienen alguna posibilidad. En lugar de actuar como una gran ciudad de 800.000 habitantes, nos comportamos como tres pequeñas ciudades y un conjunto de pequeños núcleos. La importancia de las áreas metropolitanas bien gobernadas en el atractivo económico de los territorios está totalmente fuera de discusión en el resto del mundo. En Asturias aún se sigue discutiendo.

- La delimitación de las directrices proponía incluir 29 municipios. Ahora se sugiere que la composición sea subsidiaria de una concepción del área hecha a partir de un conjunto de grandes proyectos. ¿Vale?

-Puede servir como punto de partida. De forma inteligente, se intenta dar más flexibilidad al proyecto. Creo que servirá para arrancar, para empezar a conseguir proyectos interesantes para la región. Pero a mí me preocupan las consecuencias negativas de no formar un área metropolitana bien gobernada, y para evitarlas hay que incluir a todos, a los motores del área y a su periferia. Si no se diseña una ordenación del territorio integral para centro y periferia metropolitana, ésta puede verse muy dañada en el largo plazo.

- El Principado sugiere implicar a Sogepsa como ente instrumental o soporte técnico del futuro consejo metropolitano. ¿Le parece bien?

-No me parece bien, me parece excelente. Es uno de los grandes aciertos de este nuevo impulso, especialmente si se arranca sin directrices claras.

- ¿Por qué?

-Uno de los principales problemas de que el área central esté creciendo sin una gobernanza adecuada consiste en que carece de una ordenación del territorio adecuada. La principal razón por la que yo defendía que el proceso debía empezar por la elaboración de unas directrices generales era justamente para ordenar el uso del suelo y evitar duplicidades o disfuncionalidades. Para evitar, por ejemplo, que varios municipios promuevan simultaneamente suelo industrial sin que haya una coordinación de dónde y por qué se permite su localización, o que algunos concejos sean muy laxos en la regulación de la ocupación del suelo para fines residenciales, anulando las políticas urbanísticas de municipios vecinos. Se trataba de establecer un marco mínimo de coordinación del suelo para establecer un uso inteligente del territorio desde una perspectiva metropolitana.

- ¿Sogepsa podría ejercer entonces como instrumento coordinador de las políticas urbanísticas del área central?

-En ausencia de esas directrices, el nuevo enfoque parece encaminarse hacia la vía de arrancar proyectos útiles para el área, pero no hacia la coordinación del uso del suelo. En este contexto, la solución de utilizar una sociedad como Sogepsa me parece muy inteligente. En el fondo, se trata de hacer que Sogepsa tenga un papel similar al que ejerce Cogersa, ejemplo del valor que tiene coordinar servicios a escala metropolitana. Por supuesto, todo depende de cómo se haga, pero yo siempre parto de que se hará un uso adecuado del instrumento.

- Para el instrumento de gobernanza, el Principado se decanta ahora por la versión menos invasiva, un consejo consultivo en lugar del consorcio con labores ejecutivas que planteaba inicialmente. ¿Qué opina?

-El documento original simplemente ponía sobre la mesa las distintas opciones, dejando la elección final abierta a la negociación. En el primer documento no había una alternativa preferente. Considerando los conflictos de intereses que se han planteado, la opción del consejo puede ser la más adecuada, pero no es el campo en el que yo trabajo. Este extremo debería ser evaluado por un experto en temas de gobernanza metropolitana. Hay muchas fórmulas y algunas están ya muy desarrolladas en otros entornos.

Compartir el artículo

stats