"Asturias tiene argumentos, muy sólidos y potentes, para reclamar las inversiones en infraestructuras que su progreso social y económico requieren", han concluido el ingeniero de minas Vicente Luque y el presidente del Colegio de Geólogos de Asturias, José Antonio Saenz de Santamaría, tras analizar los tráficos ferroviarios de los corredores Atlántico Noroeste y Mediterráneo. Para este último se anuncian cuatro vías, dos de mercancías y dos de viajeros, entre la frontera francesa y Algeciras y una inversión de 30.000 millones, cuyos fundamentos los dos expertos no consideran "completamente demostrados".

Luque y Santamaría salen así al paso de los argumentos que expuso días atrás en una charla en Oviedo el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios, Vicente Boluda. Aunque la iniciativa de este colectivo es "un ejemplo de cómo puede organizarse y actuar la sociedad civil", el Corredor Atlántico Noroeste presenta "credenciales mucho más poderosas que el Mediterráneo desde todos los puntos de vista", pues mueve 3,65 millones de toneladas de mercancías al año frente a los 2,47 que cruzan la frontera francesa. Más: el tráfico de productos siderúrgicos entre Asturias y Sagunto es similar a todo el tráfico ferroviario de mercancías interregional de todo el Corredor Mediterráneo; solo el de Asturias representa el 20 por ciento del total nacional, y el puerto del Musel es el de mayor tráfico ferroportuario de España. Todo ello pese al "problema" que supone la rampa de Pajares, que ha estado seis días cerrada por la última nevada. De ahí que reclamen que abra "cuanto antes" la variante de Pajares, y que "viajeros y mercancías puedan circular lo más pronto posible, por encima de discusiones absurdas e interesadas de anchos de vía, que es el menor problema de la comunicación moderna de Asturias con el resto de España". El reciente cierre de la rampa por la nieve es, según Luque y Saenz de Santamaría, "ejemplo de la precariedad de los enlaces ferroviarios de Asturias" y una "situación inaudita en las comunicaciones del siglo XXI", que exige "reflexión" y "exigencia de responsabilidades". Recordaron que fueron los propios empresarios valencianos los que pidieron mantener el ancho ibérico en el Corredor Mediterráneo, una postura que consideran "lógica y razonable".