Oswaldo López: «A los padres aún les cuesta hablar de sexo con sus hijos»

«¿Me puedo quedar embarazada si tengo la regla?», «¿El preservativo es fiable al cien por ciento?». Éstas son algunas dudas que formulan los alumnos del Instituto de La Magdalena a los responsables del centro de orientación, Ana Fernández y Oswaldo López. Este último ofreció ayer una ponencia sobre la educación sexual en los centros de Secundaria enmarcada en la segunda jornada del curso de verano de la Universidad de Oviedo sobre sexología y educación. López consideró que a los padres «aún les cuesta hablar de sexo con sus hijos, así que si lo hace un profesor, mejor». De ahí, subrayó, que los centros de orientación de los colegios supongan «una ayuda extra». Eso sí, al frente de los mismos deben estar profesionales. «Ésta es una conclusión a la que hemos llegado hoy, de las cuestiones sexológicas se tiene que ocupar gente que sepa», recalcó Oswaldo López.

El Instituto de Educación Secundaria de La Magdalena ofrece desde hace seis años a sus alumnos un programa consistente en al menos tres sesiones de tutoría, en las que los profesionales hablan con sus alumnos abiertamente de sexo. Participan estudiantes de 12 a 18 años. «Las dudas son muchas porque permanentemente entran en el departamento de Orientación y éstas se perpetúan año tras año. La única diferencia es que los niños de 12 años ven el sexo como un juego y los de 18 formulan preguntas mucho más serias», sentenció López.

Los jóvenes, pese a la ayuda de los responsables del centro de orientación sexológica, según López, aún se ruborizaran al hablar de sexo. «Conmigo tienen muchísimos tapujos, mientras que con Ana (presidenta de la asociación estatal de sexólogos) se cortan menos, van más directos, saben que es una profesional de los pies a la cabeza», concluyó el profesor de La Magdalena, un instituto público que ahora ha incluido en su periódico del centro una sección dedicada a consultorio sexológico. «Nuestra intención es seguir adelante con este programa de educación. Lo que se considera bueno por sí mismo tiende a permanecer», sentenció Oswaldo López.