A. P. GIÓN

La madre de las gemelas de Soto del Barco, imputada por presunto maltrato en 2008 a sus tres hijos, unas gemelas y un niño de entre tres y diecisiete meses cuando sucedieron los hechos, asegura que nunca agredió a los pequeños y que «sólo zarandeó en una ocasión» a una de las gemelas, que actualmente padece secuelas irreversibles y que ingresó en el Hospital Central de Asturias en coma cerebral.

El abogado encargado de la defensa, José Carlos Botas, solicita la libre absolución para su cliente, E. G. H., y de forma subsidiaria penas que suman seis meses de cárcel por dos delitos de lesiones por imprudencia. Las acusaciones (la Fiscalía, el Principado y el Defensor del Menor) solicitan para la mujer y para el padre de los pequeños penas que suman 56 años de cárcel y el pago de indemnizaciones que alcanzan los 192.000 euros.

La defensa sostiene que E. G. H. «no produjo de forman intencionada las lesiones» a sus hijos, «limitándose en una sola ocasión a zarandear a la menor» de sus tres hijos y que, por tanto, «no participó de modo alguno en los daños» que sufrieron los menores.

La mujer también alega en su defensa que los Servicios Sociales realizaron un seguimiento sobre la unidad familiar «y nunca se detectó negligencia alguna por parte de los padres en relación a los tres menores», cuya custodia pasó a la Consejería de Bienestar Social del Gobierno del Principado tras la detención de los progenitores. La mujer, igual que defiende su compañero sentimental, J. H. J., «era la persona encargada diariamente del cuidado y atención de los hijos de la pareja».

Como ya publicó este periódico, el progenitor alegará que sufre una discapacidad intelectual («capacidad volitiva intelectual límite») para eludir la condena de prisión. Su abogado, Pedro Paulino Sánchez, pedirá la libre absolución de su cliente en el juicio que se celebrará el próximo 16 de febrero en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial.

Una de las pequeñas presenta en la actualidad secuelas irreversibles como parálisis cerebral, encefalopatía grave postraumática e invalidez irreversible, entre otras. Su hermana gemela ha recuperado parte del retraso psicomotor que sufría como consecuencia de las lesiones pero los médicos no descartan una enfermedad psíquica grave.