A este atentado de reforma laboral debería de aplicársele la ley antiterrorista, aunque se me ocurre que también podrían retomar la antigua ley de "vagos y maleantes", total, poco más nos da, sobre todo a las mujeres.

La nueva agresión va a incidir más en las mujeres con el llamado "descuelgue" de la negociación colectiva permitiendo a las empresas NO aplicar determinadas cláusulas ya pactadas con lo que la desregulación de las condiciones de trabajo están garantizadas y, por tanto, la contratación puede dejar de estar regulada por pacto o convenio colectivo para pasar a estarlo por condiciones particulares.

Y esto ¿qué quiere decir?

Muchas mujeres que son las cabezas de familia están en clara desventaja dado que se ven en la necesidad de trabajar a cualquier precio. Nosotras tenemos el 80% de los contratos a tiempo parcial; en nosotras recae la mayor responsabilidad de conciliación de la vida laboral y familiar; tenemos la cota de poder mucho más baja que nuestros compañeros los hombres en puestos directivos y de mayor cualificación, a pesar de ser también nosotras las que salimos en mayor número de las universidades con títulos medios y superiores, y la guinda es que percibimos menor retribución por el mismo trabajo, un 16,7% menos. Precisamente, esa brecha salarial se justifica por la dificultad de promoción profesional, el acceso a puestos de dirección, como ya he dicho, y el trabajo a tiempo parcial. Ocupamos el 80% de los contratos a tiempo parcial, es decir, 80 DE CADA 100 SOMOS MUJERES. Está todo dicho.

Nuestra preocupación por el hecho de que esta reforma de la reforma de la reforma (porque ya hemos sufrido unas cuantas desde la época en la que el PSOE pensó que todos los males de la sociedad se arreglarían recortando derechos a los/as trabajadores/as) es cada vez más angustiosa por la puntilla a los derechos conseguidos en temas de conciliación e igualdad previstas en la Ley de Igualdad que nos puede expulsar del mercado laboral. ¿Quién creen que van a pagar el precio de que el empresario/a regule el horario, la jornada, o el turno? Sobre todo nosotras.

Pero no a todas nos pasa lo mismo. No; como dijo nuestro presidente de gobierno en uno de sus mítines anteriores a las elecciones, "sus chicas" lo hacen todo bien, concilian su vida familiar y son grandes trabajadoras. ¡Nos ha fastidiado el adivino! Sus ejemplos son la todopoderosa Dolores de Cospedal y sus 240.000 € anuales que le permiten hacer eso y mucho más como llevar baratijas de lujo de 2.000 € en la muñeca o Fátima Báñez cuando explicaba la reforma y se dejó ver con un cinturón que no creo que se lo hubiera comprado a los manteros en la plaza de Abastos. Y para ellas, la precariedad del mercado laboral las pilla de lejos. Seguro que no tienen que restringir su jornada para llevar a los güajes al pediatra, ni pedir permiso para ir a las tutorías, ni hacer malabares para que no falten esas natillas en la nevera. Desde fuera las cosas se ven de otra manera y lo más fácil es pedir sacrificios a tantas mujeres cuando tú no tienes que hacer ninguno. Si pisaran la calle, fueran a la compra a las tiendas del barrio o pasearan por los parques de cualquier ciudad verían que la realidad es dura y te sopla en el cogote cuando las necesidades tienen cara y familia y no sólo están en los papeles o en la televisión.

Carmen Conde Soladana

Concejala de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Avilés