E. CAMPO

«Avilés no se va a llevar los tráficos de Gijón, los dos puertos son complementarios y tienen que coordinarse». De este modo respondió el presidente portuario de Avilés, Raimundo Abando, ante el temor de Gijón de que el aumento de sus tarifas suponga un desvío de mercancías hacia las instalaciones de la ría. «Ese incremento de tarifas perjudicará a las empresas que trabajan en Gijón, pero no mermará sus tráficos porque mover una mercancía del Musel a otro puerto es mucho más caro que el propio aumento de las tasas», subrayó Abando. Además aseguró que el incremento del 30 por ciento supone en realidad un aumento de 30 céntimos de euro para el mineral de hierro, de 70 céntimos para el cereal y de un euro para el material siderúrgico. «Tampoco es tanto».

Aunque defiende la coordinación portuaria, Abando rechaza totalmente la fusión. «Los dos son necesarios. La fusión iría en contra de los intereses de Avilés, porque un puerto como el Musel, que mueve 15 millones de toneladas al año, siempre se comería al pequeño». En cuanto a la estrategia de Avilés, que aseguró que no pasa por intentar atraer los tráficos gijoneses, se basa en captar «nuevos tráficos de madera, tráficos de cruceros que no compiten con los de Gijón y también tráficos de carbón y de determinados siderúrgicos». En definitiva: «Que no se preocupen los gijoneses, que en Avilés tienen un puerto leal, con su propio destino y que irá a buscar su futuro pero lejos de llevarse las mercancías de Gijón».

Respecto al aumento previsto del 30 por ciento en las tarifas del Musel, el presidente portuario avilesino auguró que tal vez no lleguen a tanto. «Ha entrado en la ley de presupuestos al Congreso, ahora se presentarán las enmiendas correspondientes y probablemente se quede en un 15 o un 20 por ciento». Abando también afirmó que ese aumento es consecuencia de haber entrado el Musel en pérdidas por tres razones: «Una ampliación que nunca se debió de realizar, porque están falseados las estimaciones de tráficos, un sobrecoste de 240 millones de euros, y que llevan 10 años sin subir las tarifas». «Avilés se hubiera visto en la misma situación de decir que sí a la tercera fase de la ampliación», concluyó.