Luanco, Illán GARCÍA

Los luanquinos aún guardan en su memoria los barquillos de Serafín Pelayo, «Misuri», los helados de Herminio Fernández, «Herminión» y al fundador del restaurante Guernica, Matías Miangolarra. Esos recuerdos quedaron grabados en una foto tomada en 1964 en la que los tres amigos posaban junto al carro de helados de Fernández, ante el negocio hostelero. De los tres, tan sólo Miangolarra padre sigue vivo. «Ahora está en Bilbao, iré a buscarlo para traerlo de vuelta a Luanco», dice su hijo Jon. Ayer, cuarenta y ocho años después de aquella foto, sus hijos -Cayetano, Chus y Jon, respectivamente- revivieron aquella escena incluso imitando la postura que sus progenitores tenían en aquella instantánea. Y también con el mismo carro de helados con matrícula O-5887 que por aquel entonces recorría los concejos de Carreño y Gozón. Chus Fernández, sigue con la tradición familiar de la venta de helados y su amigo Cayetano Pelayo comenzó a vender este verano esos barquillos que tan popular han hecho a su familia en la comarca. Jon Miangolarra sigue viviendo en la casa familiar ubicada en el primer piso del clásico restaurante, hoy regentado por otra familia.

«Nuestros padres eran tres símbolos del Luanco de aquella época», afirman Miangolarra, Fernández y Pelayo, mientras se dejan retratar por los fotógrafos. «También hay que recordar a nuestras madres, que trabajaban como las que más en el negocio familiar. Y encima nos atendían cuando éramos pequeños», añaden.

La instantánea tomada ayer pretende rendir homenaje a estas tres figuras de Luanco y reivindicar aquellos oficios tradicionales de mediados de siglo.