«La administración sanitaria lo que hace es provocar angustia. Es escuchar a los responsables de Salud y ponernos más enfermos de lo que estamos. ¿Cómo es que no sabían que había mercurio en el intercambiador de la planta de tostación de Asturiana de Zinc?», se indignó ayer Iván García, uno de los trabajadores de la empresa Ingenería Montajes del Norte (Imsa) envenenados por metales pesados durante la parada técnica producida entre los días 19 de noviembre y 3 de diciembre pasados. «Estamos nerviosos, seguimos estando nerviosos», intervino Víctor Calota, uno de los compañeros de García. Los dos y una docena más de afectados en el último accidente laboral de Azsa se reunieron ayer en el parque del Muelle con representantes de los vecinos y con miembros de la ejecutiva de Comisiones Obreras en Avilés. Quieren pactar una estrategia común: ante los peligros del mercurio y ante la «desinformación» que, a juicio de los afectados, llega de la consejería de Sanidad. «¿Cómo es que el director de Salud apostaba a que nos habíamos envenenado por ingerir el mercurio? ¿Está echándonos a nosotros la culpa de estar como estamos?», se preguntó Calota, indignado por declaraciones de Julio Bruno Bárcena.

Francisco Gallardo, otro de los afectados, insistió en la necesidad de que la administración envíe a los trabajadores a hacer análisis al Instituto Carlos III, a Madrid. El Carlos III se ha encargado de las mediciones de mercurio en Las Arobias y de la sistematición de los datos recogidos el Principado determinó la ausencia de mercurio gaseoso en la atmósfera.

«Le pedimos al director de Salud que abra la agenda y nos reciba porque tenemos que decirle muchas cosas: queremos que nos aguanten de baja mientras necesitemos hacernos las pruebas, porque si nos ponen de alta y nos vamos a trabajar no vamos a poder seguir el tratamiento», apuntó Gallardo.

Todos los afectados se pusieron a disposición del Inspector de trabajo y Seguridad Social encargado del caso del mercurio. «Estamos aquí para que nos llame y nos pregunte cuánto necesite saber», dijo Calota. «Contactaro con nosotros del Instituto de Prevención y queremos que el Inspector conozca de primera mano cómo estamos y qué nos pasó para estar así», añadió el ex trabajador.

Los afectados también quieren que la Facultad de Químicas analice los cabellos de los trabajadores envenenados. «Tendría que hacerse cargo del gasto la mutua o la propia Asturiana de Zinc, que es a donde fuimos a trabajar y es donde nos envenanaron», concluyó Calota.