Verdicio,
Illán GARCÍA
El plan urbanístico de Verdicio aún colea. Los vecinos favorables a este controvertido complejo deportivo y residencial en una de las parroquias más verdes del concejo -de ahí el topónimo- ven luz al final de un túnel para que el proyecto de campo de golf y una urbanización sea una realidad. Ese interés se ha incrementado en las últimas semanas después de que un grupo de inversores extranjeros y vinculados con el mundo del deporte haya mostrado su disposición a desarrollar un proyecto que generó polémica desde el principio, que fue "tumbado" por la CUOTA, posteriormente recuperado tras varias modificaciones y finalmente "castigado" por culpa de la crisis económica.
El Ayuntamiento desea ejecutarlo pese a las trabas económicas y se muestra dispuesto a apoyar en todo lo que esté en su mano con el fin de que los inversores extranjeros comiencen una actuación tan esperada como criticada. El proyecto para habilitar un campo de golf en Verdicio es el único que permanece vivo en el concejo frente al propuesto en Peroño, que fue eliminado por la CUOTA tras la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana. Eso sí, aún queda pendiente la resolución de varios recursos judiciales presentados contra el Plan General y contra el proyecto de Verdicio, en particular, que pueden hacer peligrar su puesta en funcionamiento. "Todavía no pueden cantar victoria", afirman los opositores al plan urbanístico.
Aún así, la esperanza es lo último que se pierde, dicen los favorables a un proyecto que comenzó a tramitarse hace casi una década. En 2008, la CUOTA desestimó este plan teniendo en cuenta que la modificación de las normas urbanísticas en Verdicio se hizo de manera inadecuada y además porque transformaba un entorno rural vinculado con el espacio protegido del cabo Peñas.
La zona afectada por este desarrollo deportivo residencial afecta a los montes de La Lloba, donde se prevé la construcción de viviendas y servicios como un hotel, Les Folgueres, Carú y Cebales, donde está previsto implantar el campo de golf de 18 hoyos. En total, el proyecto ocupa alrededor de un millón de metros cuadrados.
Las tesis defendidas por la CUOTA coincidían entonces con las demandas de IU y los grupos ecologistas. Entonces, el Ayuntamiento, en manos del PP, decidió modificar el proyecto y pasó de planear cuatrocientas casas, dos hoteles y un recinto deportivo a dibujar un proyecto de 230 viviendas unifamiliares que se construirán en las inmediaciones de dos de los restaurantes más conocidos de la parroquia. Todo ello, si los inversores desean afrontar finalmente la inversión y la crisis lo permite. Según ha podido saber este periódico, los inversores extranjeros plantean la construcción de viviendas rústicas pensadas para personas con alto poder adquisitivo.
Cuatro años más tarde, en 2012, la CUOTA cambió de opinión y vio con buenos ojos el proyecto que modificará la identidad agrícola y ganadera de esta parroquia gozoniega. Según declaró la entonces concejala de Urbanismo, Isabel Muñiz, el informe de sostenibilidad ambiental de 2012 fue favorable. "Este fue un punto especialmente sensible y de preocupación durante todo el proceso de tramitación del planeamiento", manifestó entonces la concejala de Urbanismo.
Ahora se presenta otro panorama. Los vecinos ya comenzarán a pagar los tributos derivados del cambio de calificación del suelo. Así, los propietarios de terreno en La Lloba pagarán como terrenos residenciales y los del resto de montes afectados abonarán una contribución por suelo deportivo. Eso, al menos, es lo más destacable actualmente de esta operación urbanística que no se llevará a cabo hasta que los inversores interesados pongan el proyecto encima de la mesa. "Esta actuación generará riqueza y empleo para la zona", defienden los favorables al proyecto. Los críticos, sin embargo, cuestionan la viabilidad de un "proyecto especulativo" que alterará notablemente el paisaje protegido de esta "verde" parroquia gozoniega.
Aún todo está en el aire y mientras unos se aferran al color "verde esperanza" de poder desarrollar el complejo deportivo residencial tras el supuesto interés de los inversores extranjeros, otros, los críticos, prefieren que se mantenga el actual color "verde" de la parroquia de Verdicio sin viviendas ni hoteles ni campos de golf.
