Dice el refranero español que a perro flaco todo se le vuelven pulgas. Y eso le ocurre al Marino de Luanco, al menos desde que comenzó el año y no sólo en el plano deportivo. El partido que enfrentó a los marinistas con el Coruxo el pasado 11 de enero en Miramar se quedó a media luz por culpa del robo de 700 metros de cable, pero la situación se ha agravado aún más después de que el pasado jueves una nueva sustracción terminara con otros cuatrocientos metros de cable "desaparecidos" y la rotura de la puerta de una de las torretas eléctricas. En total, 1.100 metros de cableado eléctrico en poco más de un mes. "¿Quién pensaba que iban a volver a robar?", se preguntó ayer el presidente del club Marino de Luanco, Luis Gallego, que aún no da crédito a la situación.

"Calculamos que reponer de nuevo el sistema eléctrico de Miramar nos costará unos 25.000 euros", indicó ayer Gallego, que considera que pese a las sustracciones de cable la presencia policial es "suficiente". "Siempre hay una patrulla -de la Guardia Civil- dando vueltas por la noche, confíamos en que puedan dar con las personas que nos armaron esta faena".El club Marino de Luanco ya ha puesto los dos robos en conocimiento de las fuerzas de seguridad y confía en que sucesos como los del último mes no vuelvan a repetirse. En el marco deportivo, el club luanquín es el último clasificado de su grupo en Segunda División B, aunque en las últimas semanas ha cosechado dos empates, lo que le permite mantener la esperanza de cara a seguir vivo en la división de bronce del fútbol español junto a otros cinco equipos asturianos más.