Las empresas de la margen derecha de la ría de Avilés comenzarán a engancharse al colector industrial en los primeros meses de 2016. Así lo anunció ayer la consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández, durante una visita a las obras de los enlaces del PEPA. También explicó que la conexión se realizará de manera paulatina.

La puesta en marcha de la gran tubería industrial, terminada hace cuatro años, está a expensas de que la Consejería de Industria conceda la correspondiente autorización para las conexiones eléctricas, un trámite que según Fernández se va a realizar esta misma semana. "A partir de ahí, se llevará a cabo la verificación del conjunto del sistema, los bombeos y los demás elementos que conforman la infraestructura. Se comprobará que todo funciona adecuadamente", apuntó la Consejera. Según su previsión, estos pasos se realizarán en lo que queda de año de modo que en los primeros meses de 2016 empiecen a conectarse las empresas

El colector interceptor de la margen derecha de la ría de Avilés o colector de vertidos industriales comienza en Tabaza y tiene una longitud aproximada de 16 kilómetros. Está formado por una serie de colectores que recogerán, convenientemente tratados, los vertidos procedentes de la mayor parte de las fábricas ubicadas en la margen derecha de la ría (Du Pont, Fertiberia, Arcelor-Mittal, Alcoa, las fábricas del polígono de la ría, incluso Cogersa), así como algunos de la margen izquierda (Asturiana de Zinc y Saint-Gobain), para posteriormente conducirlos a la cabecera del emisario de Xagó, que los evacuará al mar.

El plan de saneamiento integral de la ría avilesina dio sus primeros pasos en 1992, con la firma de un convenio entre las administraciones local, regional y central y ha supuesto un desembolso que supera los 165 millones de euros. El remate del colector industrial y del emisario de Xagó, a finales de 2011 supusieron el punto y final a la obra civil, si bien su entrada en funcionamiento aún hoy sigue pendiente. Diversos avatares políticos y la complejidad de los propios trabajos retrasaron la conclusión del proyecto.