"Mägo de Oz" regresó anoche a Avilés. Hace más de dos lustros montó su espectáculo en Las Meanas. Eran los tiempos de "Finisterra", el disco aquel de "Fiesta pagana". Anoche lo que trajeron bajo el brazo fue "Finisterra. Ópera Rock", que no es más que una reedición de su disco más exitoso. Pero esto no pesó a Pablo Paniagua y a Beatriz González. Los dos son grandes aficionados a la banda de Txus Fellatio, el baterista original del grupo, desde los años en que "Mägo de Oz" reivindicaba Transilvania y no al de las baldosas amarillas.

Paniagua y González y un puñado más de fans aplaudieron a la banda que hizo la prueba de sonido durante una hora larga en el escenario al que tenía previsto salir en torno a la medianoche.

La virtud principal de "Mägo de Oz" -según los dos de los aficionados apostados ante la valla de seguridad- es "el buen rollo" que desprenden "la conexión absoluta" con los que les escuchan. Beatriz González recordaba borrosamente el primer concierto de "Mägo de Oz" en Avilés: "Era muy pequeña". Paniagua estuvo en Madrid el 27 de febrero del año pasado. "Fue en el Pabellón Deportivo". Los dos aficionados coincidieron al decir que "Mägo de Oz" les introdujo en el mundo del heavy.