La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un "7" eterno

El Llaranes retira el dorsal de Hugo Suárez como homenaje al futbolista fallecido La plantilla vuelve a ejercitarse con la ilusión de dedicar una victoria al delantero

Un "7" eterno

El dorsal "21" del R. C. D. Español será propiedad por los siglos del defensa Dani Jarque, lo mismo que el "26" del Betis lo es del también defensa Miki Roque. Así honran algunos equipos de fútbol, tomando ejemplo de las franquicias deportivas estadounidenses, a los jugadores que han tenido una trayectoria profesional extraordinaria vistiendo sus colores o a los que perdieron la vida "con las botas puestas". Es el caso reciente, y aún doloroso, de Hugo Suárez Martínez, delantero del Llaranes C. F., de cuya muerte súbita en el campo del Miranda se cumple hoy una semana; el presidente del club, Gonzalo Peral, ha decidido que el número "7" pase a la galería de la fama del equipo y que en el futuro ningún jugador del primer equipo lo lucirá. Gloria eterna para un joven cuya muerte conmocionó al fútbol español, como otras ocurridas antes en las mismas o parecidas circunstancias.

El "7" de Hugo Suárez no es el primero que se retira en el mundo del fútbol. El ejemplo más cercano, si bien por motivos muy diferentes a los del jugador del Llaranes, es el de Raúl González, quien después de hacerse un nombre en el Real Madrid recaló en el Schalke 04 alemán y tras una brillante etapa en el club germano se quedó con la camiseta en propiedad perpetua como agradecimiento. Con respecto al dorsal "7", el único precedente conocido en el fútbol español es el del Reus Deportivo, que borró ese número de sus alineaciones en 2010 en memoria del centrocampista Jordi Pitarque, víctima como Hugo Suárez de un ataque mortal al corazón durante un partido.

No es poca cosa portar el "7" en un equipo de fútbol, como bien saben los aficionados al llamado "deporte rey", y pese a la carga implícita que tiene ese número, Hugo Suárez lo honraba a carta cabal, según atestiguan en el club. Desde una lectura costumbrista de los dorsales, el "7" es el extremo dinámico que destroza las defensas rivales, el delantero con chispa que habilita a otros compañeros para el gol, la velocidad personificada no exenta de técnica. Lo han lucido desde Kevin Keegan a Cristiano Ronaldo pasando por un mito como fue el brasileño Garrincha y también el asturiano David Villa, tanto en los equipos donde ha jugado como en la Selección Española. Salvando las distancias con esos mitos, Hugo Suárez era un "7" de libro cuando se vestía de corto: veloz, ágil, incisivo. Habrá otros que en el futuro desempeñen esas funciones en el Llaranes C. F., pero no llevarán el "7" en la camiseta. Ese ya tiene dueño para siempre.

Así, con una mezcla de pena, abatimiento, deseo de volver a la normalidad -sabiendo que durante mucho tiempo nada será normal ni en el vestuario ni en el campo- y orgullo futbolístico transcurrió el pasado viernes por la noche la vuelta al tajo de la plantilla del Llaranes a las órdenes del "míster", Jorge del Bosque, y bajo la atenta mirada del presidente, Gonzalo Peral, y un puñado de aficionados cabizbajos.

La cita era en los campos de La Toba a las 21.00 horas. El frío, un orbayu que calaba hasta los huesos y la oscuridad de la noche daban un aire más mortecino aún si cabe al duelo interno que viven los jugadores del Llaranes, que marchan clasificados en el segundo puesto de su grupo de Primera Regional, a nueve puntos del líder y con sólidas opciones de ascenso a Regional Preferente. Les recibió en la caseta una psicóloga que trató de explicarles cómo superar el trance y mientras esa charla tenía lugar en el sancto sanctorum del vestuario, las personas y deportistas que frecuentan o trabajan en La Toba tragaban saliva emocionados y conscientes del drama por el que pasa la gente del club de Llaranes.

La hostelera que regenta el bar de las instalaciones comentaba con un cliente la posibilidad de colgar en la pared de la cafetería, junto a las fotos que hablan de momentos de gloria de los equipos que juegan en La Toba, una de las muchas cartas de homenaje a Hugo Suárez que se escribieron y publicaron en la prensa. Javi Quirós, el entrenador del Valsda, equipo que milita en la misma categoría que el Llaranes, pedía a sus pupilos "silencio y respeto" mientras se cambiaban en la caseta para no interferir en la terapia psicológica que del otro lado del tabique se estaba llevando a cabo. Una aficionada no pudo evitar que las lágrimas brotasen cuando el plantel del equipo enfocó el camino del campo para entrenar. Y uno de los jugadores, aún con la voz emocionada, contaba a un conocido lo vivido en el campo del Miranda: "Yo mismo le dije a Hugo que pidiera el cambio cuando comentó que le dolía el pecho. Pero es que fue todo tan rápido que no se pudo hacer nada", explicaba con la mirada hundida en el césped.

Mientras los jugadores del Llaranes entrenaban -la idea inicial de hacer una sesión suave de toma de contacto pronto derivó en un entrenamiento con todas las de la ley-, la tele de la cafetería emitía, aunque nadie miraba para él, el partido entre el Getafe y el Éibar, supuestos "modestos" de la Primera División. Para modestos, no obstante, los equipos como el Llaranes, que pueden ser gentes humildes del planeta fútbol, sí, pero igualan a cualquier otro equipo del mundo en ganas de honrar la memoria de quien ya no está pero que, como ellos, soñó con ascender esta temporada con la camiseta granate puesta.

"Seguiremos adelante: por nosotros, por esos críos que vienen detrás, por los de las gradas, por los que no están pero nos siguen y, sobre todo, por ti, porque tú deseabas crecer con nosotros. Además, a partir de ahora jugaremos con ventaja para hacer más grande nuestro club porque saltaremos al campo con uno más. Esto es el Llaranes C. F. y todos, todos, somos una familia. Tu familia", escribió el club en su perfil social para manifestar cuál será la actitud de hoy en adelante.

Compartir el artículo

stats